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Arte y Cultura

BORRADOR DEL PLAN ESTRATÉGICO 2040 DE NUEVO LEÓN – REVISIÓN 2023

Published onMar 27, 2023
Arte y Cultura
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Nota: Los comentarios que se tomarán en cuenta para la consulta serán los emitidos hasta el 23 de abril de 2023.

BORRADOR DEL PLAN ESTRATÉGICO 2040 DE NUEVO LEÓN – REVISIÓN 2023

Arte y Cultura

En el marco de la tercera conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sobre las políticas culturales, cultura se define como “el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social… engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias” (UNESCO, 1998).

Las artes y la cultura son de gran importancia para el crecimiento social y humano1. El sector cultural2, al crear capital simbólico, contribuye a que haya empatía, sentido de comunidad y tolerancia, lo cual es necesario para el desarrollo de las sociedades.

Los derechos culturales3 garantizan que una persona tenga las capacidades para identificarse con una o varias comunidades culturales e incluso modificar esta elección a lo largo de su vida (Cultura 21: Acciones, 2015).

Además, las artes y la cultura contribuyen con la generación de empleo, el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades y la protección del medio ambiente4. También, cuando las políticas culturales son abiertas e inclusivas hacia múltiples expresiones culturales, tienen el potencial de promover la igualdad de género y la construcción de sociedades pacíficas, diversas e incluyentes (UNESCO, 2018).

Es importante el impulso de políticas públicas que favorezcan el desarrollo cultural de las sociedades pues fortalecen y estimulan las capacidades del ser humano5. La cultura es necesaria para que cada persona construya una explicación del mundo y de sí misma.

Este capítulo analiza los retos en el ámbito de las artes y la cultura en Nuevo León, a partir de los objetivos propuestos por la UNESCO para evaluar la aplicación de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales (2005):

  1. Fortalecer la gobernanza de la cultura.

  2. Equilibrar el acceso a bienes y servicios culturales y mejorar las condiciones de movilidad de los artistas.

  3. Integrar la cultura en las estrategias de desarrollo sostenible.

  4. Promover los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Diagnóstico

Políticas culturales, datos y gobernanza

La gobernanza cultural se refiere al gobierno compartido del ámbito cultural y creativo de forma que la elaboración de políticas se lleve a cabo por una multiplicidad de actores (CGLU, 2014).

Existen tres niveles de gobernanza, de acuerdo con la UNESCO (2018):

  • Transversal u horizontal, que permite integrar aspectos culturales en otras políticas públicas y viceversa.

  • Multiactor, que contempla alianzas entre actores de la sociedad civil, el sector privado y las instituciones gubernamentales.

  • Multinivel, relacionado con el fortalecimiento de las competencias culturales de los gobiernos locales.

La declaratoria de Mundiacult 2022 concerta a acoger “favorablemente el cambio progresivo hacia una mayor transversalidad de la cultura en las políticas públicas, que facilita, entre otras cosas, la elaboración de políticas culturales inclusivas y participativas, que implican a múltiples agentes”. Esto es importante porque nos orienta hacia un mapa de ruta para los retos del siglo XXI (Unesco, 2022).

La declaratoria, adoptada por México, invita a ampliar las voces de diversos segmentos de la sociedad -gobierno, ONGs, sector privado y comunidades- y aprovechar su potencial, capacidades creativas y todos los recursos a su disposición para actuar en los planos social, económico y ambiental, en el marco más amplio de las políticas culturales.

En Nuevo León, el ente rector de la política pública cultural es la Secretaría de Cultura del Estado6. Tiene como funciones el diseño de políticas culturales, la gobernanza y vinculación del sector, así como el desarrollo cultural y creativo.

El “Acuerdo de sectorización de las entidades que conforman la administración pública paraestatal”,7 determina la responsabilidad de esta dependencia para organizar al sector público en materia de cultura. Esto para una mayor coordinación y eficacia en la funcionalidad de las políticas gubernamentales.

El sector público cultural está compuesto por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (Conarte), que tiene como propósito la formación, creación y divulgación artística; 3 Museos8 enfocados en la divulgación y preservación del patrimonio y la memoria histórica.

También está el Fondo Editorial de Nuevo León, a cargo de fomentar la lectura, el libro y de hacer difusión cultural editorial; el Festival Santa Lucía para difusión artística y cultural, fomento de las artes y promoción e intercambio internacional. Finalmente, el Fideicomiso Patrimonio Cultural administra el fondo para la protección, conservación, restauración, recuperación e incremento del patrimonio histórico y cultural de Nuevo León.

Nuevo León no cuenta con una Ley de Cultura rectora de la política pública en materia de cultura en el estado que organice a la diversidad de entes públicos y privados que promocionan y desarrollan el arte y la cultura.

Desde 2008 se han realizado esfuerzos para descentralizar espacialmente la cultura con propuestas más allá del área metropolitana. Ejemplos son el Festival Internacional de Santa Lucía (FISL), que en su edición 2022 llegó hasta 40 municipios9, la Mitotera10 y el Fondo Estatal para el Desarrollo Cultural Municipal11. Además, se ha ampliado la infraestructura cultural hacia los municipios de El Carmen, Galeana y García con la construcción en 2018 de tres Esferas Culturales12.

A pesar que 74 % de la población en Nuevo León evalúa que las acciones llevadas a cabo sobre arte y cultura son buenas o muy buenas (CONL, 2023), en Nuevo León no hay una articulación consolidada entre los actores culturales13. Por ejemplo, no hay una agenda cultural vinculada entre instituciones, lo que fragmenta el acceso y consumo cultural.

Además, la participación de la sociedad civil en el ámbito cultural no es vista como prioritaria por todos los actores estatales y no hay mecanismos fuertes para que todas las personas incidan o gocen de la oferta cultural (Zúñiga, 2017). Esto ha llevado a que no se aprovechen del todo los espacios públicos que fomentan la convivencia ciudadana y trasmisión de la cultura.

De acuerdo con la Agenda 21 de Cultura, tanto la sobre institucionalización como la privatización desequilibran el ecosistema cultural local. Es necesario un nuevo tipo de relación entre el sector público, las empresas privadas y la sociedad civil que esté basado en la interactividad, colaboración y elaboración conjunta de marcos de referencia para políticas (UNESCO, 2018).

Para elaborar políticas culturales pertinentes, monitorear el avance de las acciones y medir el impacto de estas, es necesario contar con datos e información confiable sobre los hábitos y las necesidades culturales. Estos nos permitirán dar seguimiento, entender detalles del ámbito y evaluar para mejorar y tomar decisiones de formulación de programas y proyectos con enfoque a derechos.

El sector cultural cuenta con alguna información disponible, sin embargo, no todos los datos son oportunos, fiables y de calidad, o no están desagregados por características sociodemográficas, por lo que no reflejan adecuadamente las particularidades de las personas y su contexto (BID, 2018).14

Otro reto sobre la información es su disponibilidad en formato de datos abiertos y de fácil acceso para cualquier persona. En cuanto a indicadores, no existe un consenso generalizado en los términos utilizados por los diversos actores e integrantes del sector.

Además de los datos y la información como evidencia para la toma de decisiones, la participación ciudadana inclusiva es necesaria en todo el ciclo de elaboración de políticas públicas.

Bienes y servicios culturales, movilidad artística

Los medios de comunicación y el impacto de la era digital en la cadena de valor cultural15 exigen que las políticas equilibren los contenidos culturales locales, regionales e internacionales. Además, se debe propiciar un acceso equitativo a los bienes y servicios culturales y permitir la libre movilidad de profesionales de la cultura (Observatorio Vasco de la Cultura, 2016).

Esto implica una serie de acciones, con perspectiva de género, en torno a los apoyos a la creación, producción, coproducción, distribución y profesionalización que permitirá una diversidad plena de las expresiones culturales (UNESCO, 2007).

Según el cálculo del Centro de análisis para la investigación e innovación (Caiinno), con datos del INEGI, en 2019 las actividades e industrias relacionadas con la economía creativa alcanzaron en México un valor de 635,000 millones de pesos16.

La economía creativa se define como «las actividades derivadas del conocimiento, sobre las que se basan las industrias creativas», siendo el resultado de las conexiones que se forman entre la creatividad humana, las ideas, la propiedad intelectual, el conocimiento y la tecnología (UNESCO, 2021). Por lo tanto, no sólo tiene un importante valor comercial, sino también cultural, incluyendo las actividades relacionadas con el comercio, la mano de obra y la producción, sustentadas en la libertad de expresión y los derechos culturales.

Lo anterior es relevante porque, a pesar de la gran diversidad cultural que existe en México, aún hay un déficit importante de productos culturales nacionales. Esto abarca desde carteleras de cine, hasta medios de comunicación, producciones audiovisuales y algunos otros formatos, con lo cual se limita el acceso y goce de la cultura por parte de las personas.

Por ejemplo, a pesar de que en 2021 hubo más estrenos nacionales (35), en comparación al año anterior 2020 (24), en sólo el 5% de las entradas a salas (255 mil personas) fueron para el cine nacional, 50% menos que en 2020 (510 mil personas). Esto, a pesar de que el estado es el segundo en número de pantallas para proyección de cine, contando con 561 (Imcine, 2021), el primer lugar lo tiene la Ciudad de México y su área metropolitana (Imcine, Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2021, 2021).

En términos de hábitos de lectura a nivel nacional, desde 2016 la población lectora no ha aumentado. En 2022, 71.8% de las personas alfabetas de 18 años y más leyeron algún material considerado por el módulo sobre lectura (MOLEC) del INEGI, como libros, revistas, periódicos y páginas de Internet, foros o blogs, frente al 80.8% que lo hizo en 2016 (Módulo sobre Lectura 2022, INEGI).

La participación en la vida cultural es parte del ejercicio de los derechos culturales. Sin embargo, en Nuevo León hay una baja participación y consumo culturales. La información disponible sobre participación está limitada al área metropolitana, donde 63.9 % de la población ha asistido al menos en una ocasión a un evento cultural, siendo los más concurridos los sitios de interés cultural y eventos artísticos o deportivos (CONL, 2018).

Una forma de aproximarse al acceso a bienes y servicios culturales es el gasto que hacen las personas en el ámbito cultural (gráfica 3). De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020, los mexicanos destinan solo el 14% de su ingreso a actividades de esparcimiento como ir al cine, al teatro, a conciertos, a parques de diversiones o a museos. Sobre los hogares en Nuevo León sabemos que, en 2020, se destinó el 10.9% de su ingreso en educación y esparcimiento (ENIGH 2020).

Además, el gasto de las y los neoleoneses aporta 10.87 % del total nacional que se hace en cantantes, grupos musicales, artistas y escritores; 10.09 % del de teatro, danza y grupos de espectáculos artísticos; 5.46 % del de cine y 5.11 % del de libros, periódicos y revistas (Chapa, 2017).

Las personas profesionales de la cultura, los trabajadores creativos y artistas son clave para tener un sector fuerte e innovador. La UNESCO recomienda mejorar la situación profesional, social y económica de los artistas mediante la aplicación de políticas y medidas relacionadas con la formación, la seguridad social, el empleo, los ingresos y las condiciones impositivas, la movilidad y la libertad de expresión (1980).

Trabajar en favor de la libre movilidad de los artistas y profesionales de la cultura permite que participen en otros entornos y convivan con personas de otros contextos, además de que amplíen sus perspectivas y conocimientos que fomentan la creatividad. También se incrementa la probabilidad de intercambiar sus productos y servicios, por medio de viajes, residencias, participación en diversos foros y eventos de intercambio de aprendizajes (Comisión Europea, 2020).

Para facilitar un entorno favorable al desarrollo artístico y cultural se requiere un ecosistema favorable para el emprendimiento. Sin embargo, en Nuevo León hay límites derivados de los escasos apoyos para el desarrollo de la creatividad, el bajo aprovechamiento de espacios existentes para impulsar a pymes culturales y la inexistencia de planes de desarrollo y profesionalización artística que incluyan a toda la población del estado17.

Particularmente, es notable que las Pymes culturales tienen una baja capacidad para sobrevivir durante sus primeros años debido a la falta de profesionalización, capacitación y financiamiento18.

Hay algunas iniciativas alentadoras como INC Monterrey, uno de los festivales de emprendimiento más importantes de Latinoamérica, pues permite generar vínculos estratégicos entre inversionistas, startups, empresas y emprendedores e impulsar la economía y la innovación local. No obstante, se ha detectado que los apoyos para el desarrollo de la creatividad siguen siendo limitados19.

Integración de la cultura en los marcos de desarrollo sostenible

Es importante sostener la inversión destinada al sector cultural y actividades creativas, pues no solo son un aspecto instrumental del desarrollo, sino un bien social (UNESCO, 2016 y 2020).

Sin embargo, en México, el PIB cultural para el año 2020 reportó un monto de 640,687 millones de pesos, el cual significó una participación de 2.9% respecto al PIB nacional. (INEGI, Cuenta satélite de la Cultura, 2020). Específicamente, en Nuevo León la cultura no está hoy posicionada como una estrategia clave para alcanzar un desarrollo social sostenible que promueva el bienestar común. Un reflejo de esto es que la inversión pública en cultura (0.44 % del PIB estatal en 2020) es menos de la mitad de lo recomendado por la UNESCO (1%) (PED 2016-2021).

Los medios audiovisuales como internet, cine o videojuegos generaron 37.8% del PIB de la cultura; la producción cultural de los hogares que incluye actividades como el trabajo voluntario en la organización de actividades culturales o el comercio de productos culturales en la vía pública aportaron 20.0%, mientras que las artesanías contribuyeron con 18.3% (INEGI, Cuenta satélite de la Cultura, 2020).

El presupuesto asignado formalmente a las distintas instancias públicas que tienen como propósito la difusión de la cultura se ha fragmentado en proyectos especiales y recursos que no están dirigidos necesariamente a su fortalecimiento financiero. Además, desde 2018 han disminuido de manera importante los fondos federales lo cual ha incrementado la carga presupuestal del Estado.

El gasto público en cultura tiene un efecto multiplicador. En comparación con el gasto en servicios de esparcimiento, deportivos y otros recreativos, el cultural impacta también en la generación de empleo asalariado y por cuenta propia (Chapa, 2017).

Además, el sector creativo contribuye de manera importante a la economía. Las industrias culturales y creativas son un importante factor de generación de riqueza, empleos e innovación a nivel mundial (UNESCO, 2016).

Sin embargo, es un sector también vulnerable20. En precios constantes, el sector de la cultura21, en general, presentó en 2020 una caída del 9.4%, mientras que el total de la economía disminuyó en 7.9% el mismo año. Aunque, del 2008 al 2020, el sector de la cultura mostró un crecimiento promedio anual de 3.0 por ciento (INEGI, 2020).22

Destaca que Nuevo León cuenta con una población joven y altamente capacitada, lo que le convierte en un territorio propicio para la innovación y el desarrollo de la economía creativa. Según datos de INEGI, el sector cultural y creativo en Nuevo León representó el 3.1% del PIB estatal en 2018, empleando a más de 77 mil personas (INEGI, 2020). Estos datos resaltan la importancia del sector en la economía regional y su potencial para seguir creciendo.

Otro dato relevante es la contribución, en 2021, del sector de las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento al PIB de Nuevo León que fue de 1.1%, con un total de 4,364 establecimientos registrados en la entidad.23

Un elemento clave de la cultura como bien social es el patrimonio cultural, tangible e intangible, que debe ser protegido. La última reforma a la Ley de Patrimonio Cultural del Estado de Nuevo León24 creó el Fideicomiso para la Conservación del Patrimonio Cultural. Sin embargo, expertos25 han señalado que, debido a la falta de reglamentación de la Ley, este fondo cuenta con un mecanismo de asignación presupuestal discrecional que pone en riesgo la protección y rescate del patrimonio cultural estatal.

Nuevo León destaca en el país por la riqueza florística y vegetal endémica. En el estado hay cuatro de las cinco zonas ecológicas más importantes del país: tropical subhúmeda, templada húmeda, templada subhúmeda, árida y semiárida. No obstante, el patrimonio cultural y natural se encuentra en amenaza de destrucción tanto por el abandono como por el tipo de desarrollo de la vida social y económica que empuja a la alteración o destrucción y que se ve agravado por la crisis climática26.

La preservación del patrimonio cultural y natural es una tarea fundamental para la protección de la herencia local y global. En este sentido, la Convención de 1972 para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural establece la necesidad de identificar y proteger aquellos lugares que tienen un valor excepcional.

Promoción de los derechos humanos y las libertades fundamentales

Las libertades y derechos humanos, en su relación con las artes y la cultura, se pueden promover desde el ámbito de la inclusión de grupos prioritarios, la perspectiva de género y la educación artística (UNESCO, 2016).

Asegurar la participación en las políticas culturales, el acceso efectivo a actividades culturales y el derecho a la libertad de expresión, información y comunicación de toda la población en Nuevo León es necesario para tener una sociedad incluyente (UNESCO, 2016). Esto puede ayudar a disminuir la pobreza y la exclusión social (UE, 2020).

De acuerdo a la Unión Europea (2020), hay tres grupos principales que corren el mayor riesgo de exclusión cultural:

  • Quienes están en desventaja económica y carecen de los medios económicos para participar y acceder a actividades

  • Refugiados e inmigrantes

  • Personas con discapacidad

En Nuevo León, las políticas culturales estatales no contemplan a ciertos grupos prioritarios, lo cual impacta negativamente en el ejercicio de sus derechos27.

Algunas de las barreras que enfrentan los grupos prioritarios son el desconocimiento de la existencia de servicios culturales, exclusión económica para acceder a ellos y poco tiempo o energía para acceder y participar en actividades culturales.

También se suman disparidades geográficas en la prestación de servicios y barreras físicas en la infraestructura (especialmente para personas con alguna discapacidad), falta de apoyo a culturas nativas, subculturas o contraculturas y grupos marginados, como son las personas con antecedentes penales (Comisión Europea, 2005).

La perspectiva de género es un aspecto que debe estar presente transversalmente en todos los planes de desarrollo y políticas culturales. Aún existen barreras que impiden la plena participación de las mujeres en la toma de decisiones, acceso a recursos y representación en espacios artísticos (UNESCO, 2016).

Un paso en esta dirección ha sido la creación del Paseo de la Mujer Mexicana, para reconocer a las mujeres que han contribuido notablemente a la construcción de la sociedad desde diferentes ámbitos.

En términos de la educación artística, existe un alto potencial de desarrollo en la niñez. Esto abarca el desarrollo de capacidades individuales desde una edad temprana, el reconocimiento y la promoción de la identidad y diversidad cultural (UNESCO, 2006).

No obstante, los programas culturales y artísticos del sistema educativo estatal están limitados al no contar con suficiente personal docente con formación artística profesional. Además, no se cuenta con las herramientas o con recursos necesarios para impartir los contenidos señalados en los lineamientos de educación artística de la SEP28.

A los temas antes mencionados hay que agregar el agravante general de la brecha digital, que es un problema mundial y que afecta la distribución de la información. Nuevo León no es la excepción, y se comparte la preocupación del impacto que tiene dicha brecha digital en el acceso desigual a diversas formas de expresión y disfrute cultural. La brecha digital es un obstáculo importante para el desarrollo cultural y ha instado a los gobiernos a tomar medidas para reducirla (UNESCO, Mundiacult, 2022).

La contingencia sanitaria, derivada de la Covid-19, representó un gran reto para los agentes culturales por la imposibilidad de los encuentros presenciales. La virtualidad fue una oportunidad ya que las transmisiones de eventos culturales en plataformas digitales -conciertos, cine, teatro y recorridos de museos-, facilitaron el acceso a muchas personas.

Sin embargo, algunas personas o comunidades por razón de ubicación geográfica, en zonas rurales, remotas o marginadas, por economía, edad o cultural no pudieran acceder por estas vías.

El uso de las tecnologías de la información y comunicación contribuye al arte y la cultura en el consumo, en desarrollar procesos creativos y en difundir, lo que favorece el ejercicio de los derechos culturales.29

Problemas públicos

El estado presenta los siguientes cinco retos en el ámbito de las artes y la cultura:

  1. El sector cultural está desarticulado y no se ha consolidado una gobernanza transversal que fortalezca las intervenciones, expresiones y propuestas que maximicen las inversiones tanto públicas como privadas. Además, los programas de intervención cultural en espacios públicos existentes no han logrado impulsar el máximo potencial de convivencia y construcción de ciudadanía. Un efecto de esta debilidad es que no se cuenta con inversión pública suficiente en este ámbito, según estándares internacionales.

  2. El sector cultural y creativo no es reconocido como detonante del desarrollo sostenible, ni se identifica la actividad de la economía creativa en el estado. En consecuencia, existen insuficientes programas de apoyo integral para su desarrollo. Por otro lado, hay un limitado consumo de servicios y bienes culturales, como la lectura.

  3. El patrimonio cultural se encuentra en peligro por no contar con un marco jurídico que permita su adecuada protección, divulgación y rescate. Además de no contar con estrategias para su valoración como memoria de nuestra identidad cultural.

  4. El estado cuenta con poblaciones vulnerables y en riesgo que no tienen garantizados plenamente sus derechos culturales.

  5. Los agentes culturales no siempre cuentan con competencias suficientes para el desempeño de su profesión y su ingreso al mercado laboral en condiciones dignas y equitativas. Falta rigor metodológico y perfiles docentes adecuados en el proceso de enseñanza aprendizaje para la formación artística en la educación básica.

Aspiración

La aspiración que guía los objetivos y líneas estratégicas del área de Arte y Cultura a 2040 es:

Las personas y comunidades en Nuevo León tendrán oportunidades que favorezcan el ejercicio efectivo y equitativo de sus derechos culturales.

La diversidad cultural es un elemento clave de la riqueza de Nuevo León, y de México en general. En nuestro país, se protege el derecho a poseer y manifestar la identidad. Como señala la Unesco (2019) “La diversidad cultural sólo puede protegerse y promoverse si se garantizan los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

En este sentido, es importante que el Estado facilite el ejercicio de los derechos culturales de las personas en el estado, en condiciones de igualdad, no discriminación y de dignidad humana ante la diversidad e inequidad.

Algunos ejemplos de estos derechos incluyen el acceso a la educación, a la participación en actividades culturales y artísticas, y a la promoción de la diversidad y la inclusión en todas las esferas de la sociedad.30

Para alcanzar esta aspiración, es necesario contar con instituciones fuertes y bien coordinadas, con estrategias claras de inclusión que fomenten la participación ciudadana en todas las etapas de la política pública cultural, la equidad, el desarrollo sostenible resiliente y la seguridad profesional, así como la innovación en la economía creativa. Esto requiere establecer alianzas entre organizaciones y comunidades locales.

Es importante destacar que la medición del avance en el ejercicio de los derechos culturales es fundamental para evaluar los resultados de estas acciones y mejorar la toma de decisiones. Aunque la información abierta y pública disponible es limitada para medir el avance los objetivos y líneas estratégicas definidas para Arte y Cultura, se pueden desarrollar indicadores para evaluar el progreso en la promoción de la diversidad cultural y la inclusión en todas las esferas de la sociedad.

El arte y la cultura son elementos vitales para el desarrollo individual y colectivo, y contribuyen a la construcción de paz.

Esta aspiración está alineada con los ODS 4 (Educación de calidad), 5 (Igualdad de género), 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) 9 (Industria, innovación e infraestructura), 10 (Resolución de las desigualdades), 11 (Ciudades y comunidades sostenibles), 11 Alianzas para lograr los objetivos, 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas) y 17 (Alianzas para lograr los objetivos).

Para alcanzar esta aspiración se definieron tres objetivos estratégicos.

Objetivos y líneas estratégicas

1. Consolidar la articulación del sistema cultural del estado

El sistema cultural del estado cuenta con una amplia diversidad de instancias y de agentes culturales que son clave para construir políticas públicas culturales inclusivas y representativas del interés general. Para lograr una mayor integralidad y transversalidad de estas políticas públicas es necesario establecer una interlocución efectiva entre sectores e involucrar activamente a múltiples agentes (Unesco, Mundiacult, 2022).

La comunicación y la colaboración entre instancias y agentes artísticos y culturales de la entidad fortalecerá su capacidad funcional. En consecuencia, optimizará los recursos existentes, de manera que el mayor número de personas y comunidades puedan acceder, disfrutar, expresarse y desarrollarse en el ámbito cultural.

Es importante que el Estado cree las condiciones y oportunidades para que las personas, en condición personal o colectiva y social o profesional, disfruten del arte y la cultura y sus componentes en condiciones de equidad, dignidad y no discriminación. El arte y la cultura son vitales para el desarrollo individual y colectivo, y contribuyen a la construcción de paz.

Este objetivo está alineado con la meta 4.7 de la Agenda 2030, la cual promueve la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible. Asimismo, contribuye a la meta 16.7, en la adopción de decisiones inclusivas, participativas y representativas.

Para alcanzar este objetivo se establecieron 3 líneas estratégicas:

1.1 Fortalecer la gobernanza del sector cultural

En aras de impulsar la eficacia de los derechos culturales, ya reconocidos en diversos instrumentos normativos, es importante que el sector cultural pueda organizarse y colaborar a través de una adecuada gobernanza. Esta “abarca los marcos normativos, las políticas públicas, las infraestructuras, la capacidad institucional y los procesos destinados a fomentar el desarrollo cultural inclusivo, la estructuración de sectores culturales dinámicos y la promoción de la diversidad” (Unesco, 2014)31.

En la base de la política pública se encuentran las instituciones que tienen por función pública impulsar el goce y la participación en las expresiones artísticas y manifestaciones culturales. Sin embargo, es necesaria la participación organizada y concertada de todos los sectores: públicos, privados, sociales y académicos.

Esto requiere de marcos normativos y procesos que faciliten mecanismos de articulación y participación. También requiere de un sistema de información, medición y análisis para observar, entender y atender de manera focalizada y dinámica las deficiencias y potencialidades de los servicios culturales y las necesidades y aspiraciones de la población.

Es necesaria la formación de profesionales de la cultura para que cuenten con conocimientos, técnicas, herramientas y competencias necesarias para interactuar y entablar una comunicación eficaz y empática con otros agentes culturales, en especial con grupos prioritarios. Así, facilitar e incentivar la participación con equidad de personas, comunidades y organizaciones diversas en los procesos de formulación y ejecución de políticas públicas y decisiones para avanzar hacia una gobernanza fuerte y capaz en beneficio de todas las personas.

1.2 Impulsar el acceso a la participación en el arte y la cultura para las personas y las comunidades

El acceso a la participación en el arte y la cultura es un derecho fundamental de todas las personas y comunidades. Este derecho se manifiesta en distintas formas, ya sea mediante la propia expresión artística y cultural individual o colectiva, o a través del reconocimiento y disfrute de otras manifestaciones e identidades.

Para garantizar un acceso equitativo a la cultura, es necesario contar con medidas que aseguren la accesibilidad física, económica, de información y comunicación (multidireccional), de forma inclusiva y no discriminatoria.

Toda persona individual o colectivamente, debe tener la posibilidad de participar mediante medios democráticos en el desarrollo cultural de las comunidades a las que pertenece, en la elaboración, la puesta en práctica y la evaluación de las decisiones que concierten y que afectan el ejercicio de sus derechos culturales, y en el desarrollo y la cooperación cultural en diferentes niveles (Unesco, Derechos culturales, Declaración de Friburgo, 1998).

Es necesario contar con infraestructuras culturales bien distribuidas en las poblaciones y la geografía del estado. También se debe diversificar las acciones, los formatos de convocatoria, la difusión y la participación en los eventos, para impulsar la integración de las personas y grupos, en particular de aquellos que se encuentran en desventaja por alguna situación de vulnerabilidad.

Además, es importante impulsar la formación artística y cultural en la población en general, a través de la sensibilización, participación y capacitación, especialmente desde la infancia. Esta etapa es fundamental para la formación de valores, identidad y competencias para reconocerse a sí mismo o misma, al igual que a las y los demás.

La formación artística y cultural contribuye al desarrollo integral de las poblaciones infantil, joven y adulta, y debe ser un aspecto prioritario en las políticas culturales y educativas del estado.

1.3 Impulsar el acceso y uso a la tecnología digital en los distintos aspectos del sistema cultural

La Conferencia Mundial sobre Cultura y Desarrollo (Mundiacult, 2022) enfatizó la necesidad de promover la accesibilidad y la inclusión cultural a través de la tecnología digital. Esto implica la creación de plataformas y herramientas digitales para que los artistas y las comunidades culturales compartan sus obras y eventos en línea. Deben crearse programas de capacitación y alfabetización digital que aseguren que todos los agentes culturales puedan aprovechar al máximo estas herramientas.

Como se mencionó, a pesar de los desafíos, la brecha digital presenta oportunidades para el sector cultural de Nuevo León. En particular, la tecnología digital puede incrementar la interacción entre los artistas y el público, y la creación de nuevas formas de arte y cultura. Además, la digitalización de las obras de arte y la creación de bases de datos en línea puede ayudar a preservar y difundir el patrimonio cultural de la región.

Para abordar la brecha digital es necesario un enfoque integral que involucre a todos los agentes culturales, desde los artistas hasta los usuarios, personas y comunidades. Esto implica acciones colaborativas y la inversión en infraestructuras y recursos digitales.

Además, es fundamental una política cultural que fomente la inclusión y la diversidad cultural, y que promueva la participación activa de todos los ciudadanos en la vida cultural del estado.

2. Generar condiciones e impulso para el desarrollo de la economía creativa en Nuevo León

El sector de la economía creativa es uno de los sectores más dinámicos a nivel mundial, como lo señalan diversas instituciones internacionales, como el PNUD y la Unesco (PNUD, UNESCO, 2014). En particular, las industrias culturales y creativas no solo generan ingresos y empleos, sino que también producen valor no monetario, como la creación, producción y transmisión de contenido simbólico (UNESCO, 2022).32

La creatividad es un recurso intangible que impulsa la innovación y es motor clave para el cambio. Se considera un insumo primordial para dinamizar a la economía y otros sectores sociales. (UNESCO, 2022).

Por las condiciones de Nuevo León, que cuenta con el talento humano y una economía próspera, es fundamental fomentar políticas y programas que promuevan el desarrollo de la economía creativa en el estado. Esto contribuirá al crecimiento económico de la región, la creación de empleos y oportunidades de negocio para la población local y al fortalecimiento de la identidad cultural.

Este objetivo es acorde a la meta 9.b de la Agenda 2030, que impulsa el desarrollo de tecnologías, la investigación y la innovación, garantizando un entorno normativo propicio a la diversificación industrial y la adición de valor a los productos y servicios.

Asimismo, este objetivo contribuye a la meta 8.3, que busca promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen actividades productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las microempresas, y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el acceso a los servicios financieros.

Para alcanzar este objetivo se establecieron 2 líneas estratégicas:

2.1 Impulsar la inserción en la economía formal y la cadena de valor productiva de los procesos, bienes y servicios creativos y culturales.

Las industrias culturales son la base de la economía creativa. Son una fuerza transformadora de generación de ingresos y empleos.

Para impulsar aún más la inserción de estas industrias en la economía formal y la cadena de valor productiva, se deben implementar políticas y programas que fomenten el desarrollo tecnológico, investigación e innovación. Además, se requieren entornos normativos propicios para la diversificación industrial y la adición de valor a los productos y servicios.

También es importante apoyar la formalización y el crecimiento de microempresas y facilitar el acceso a servicios financieros para las personas emprendedoras y las pequeñas y medianas empresas.

Es necesario que el sector privado y el Gobierno trabajen juntos para incrementar las cadenas de valor de las industrias creativas y culturales. Esto podría mejorar el acceso del público a contenidos culturales diseñados y producidos localmente.

Las políticas públicas también pueden ser una herramienta eficaz para impulsar estas industrias. Por ejemplo, se pueden ofrecer estímulos fiscales, convocatorias y fondos de apoyo a la producción, capacitación e incubación de proyectos. Además, es importante consolidar alianzas para promover iniciativas, clústers y la articulación del sector.

Otro mecanismo es articular las iniciativas de las industrias creativas de la entidad con las empresas locales, nacionales e internacionales. Esto ayuda a generar nuevas oportunidades de negocios y a expandir las cadenas de valor.

También se pueden generar espacios y ferias para la promoción y comercialización de bienes y servicios de la economía creativa. Estos eventos pueden ser una oportunidad para que los productores y compradores se conozcan, fomentando así la colaboración e innovación.

2.2 Contribuir para brindar seguridad profesional y económica de artistas y creativos

El desarrollo del capital humano en Nuevo León es fundamental para lograr un crecimiento económico y social sostenible. Dentro de este contexto, el sector creativo requiere de procesos y herramientas para mejorar su producción; información y conocimiento para difundir y promover su trabajo; e incentivos.

Por lo tanto, es importante fomentar un sector creativo inclusivo y diverso, que refleje la diversidad de la comunidad y genere oportunidades de movilidad social para todas las personas.

Es necesario reducir la vulnerabilidad estructural que ha sido evidenciada por la crisis de la Covid-19, en la que se ha mostrado la precariedad laboral y las brechas sociales y de género que afectan a los artistas y profesionales de la cultura (Mundiacult, 2022).

Para fortalecer y apoyar a los artistas y creativos, es importante facilitar la protección de su propiedad intelectual, para que puedan beneficiarse de los intereses materiales y morales que correspondan.

A su vez, se deben establecer políticas públicas para la creación de espacios de difusión y promoción para los artistas locales, así como la organización de eventos culturales y artísticos que permitan la exposición de su trabajo.

También, es necesario crear programas de capacitación y formación en áreas técnicas y de negocios para ayudar a los artistas y creativos a mejorar su desempeño profesional y a tener una mejor gestión económica de sus proyectos.

Se pueden establecer incentivos fiscales y financieros para las empresas que contraten artistas y creativos, con el fin de promover la inclusión de estos profesionales en la economía formal y aumentar las oportunidades de empleo en el sector cultural y creativo.

3. Rescatar, preservar y promover las herencias culturales tangibles e intangibles del estado

Ciertos lugares tienen un valor excepcional, por ello son patrimonio y es necesario identificarlos y protegerlos. En este sentido, la conservación de la naturaleza está ligada a la preservación de los sitios culturales.

Ante los retos actuales como la crisis climática, la mala urbanización, el turismo desorganizado y de alto impacto, la Convención de 1972 para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural se mantiene vigente como guía para que las comunidades locales y autoridades diseñen acciones favorables para la conservación del patrimonio.

Especial importancia cobra la conservación del patrimonio natural por el papel que desempeña en las comunidades locales y el desarrollo económico y sostenible del estado.

Para impulsar este objetivo es necesario compromiso y acción de todos los actores, en especial por parte de autoridades públicas al corresponderles asignar presupuesto y formular y aplicar marcos normativos necesarios para la protección, salvaguarda y promoción del patrimonio, de manera sostenible. Ya que el deterioro o desaparición de estos bienes significa un empobrecimiento en la herencia local y global.

Se requiere política pública que reconozca la función en la vida colectiva del patrimonio cultural y natural e integrar la protección de ese patrimonio en los programas de planificación general (Unesco, 1972).

Este objetivo contribuye al ​​ODS 11.4 “Redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo”.

Para alcanzar este objetivo se establecieron 2 líneas estratégicas:

3.1 Preservar los bienes materiales e inmateriales, culturales y naturales del estado.

Para preservar los bienes materiales e inmateriales se requiere un esfuerzo colectivo organizado que se traduzca en un sistema de protección permanente con base científica y con medios modernos. Esto debe abarcar todo el territorio del estado, brindando servicios con el personal y medios adecuados, para la protección, conservación y revalorización.

Además, es necesario fortalecer la Ley de Patrimonio Cultural del Estado de Nuevo León y su reglamentación para brindar recursos legales, económicos, científicos y técnicos suficientes para llevar a cabo las tareas de preservación y conservación.

Es importante destacar que la preservación y conservación no sólo es relevante por el valor social e histórico, sino también puede tener un impacto positivo en la economía y el turismo local. La inversión en la conservación y promoción del patrimonio cultural puede generar importantes beneficios económicos y sociales para las comunidades locales, como la creación de empleos y la generación de ingresos por turismo cultural (BID, 2019).33 Es importante que Nuevo León cuente con una estrategia de turismo sustentable basado en la contribución de las comunidades locales.

3.2 Impulsar el conocimiento y la valoración sobre el patrimonio estatal.

Impulsar el conocimiento y la valoración sobre el patrimonio estatal es muy importante para informar el valor y las oportunidades, pero también de las amenazas que pesan sobre estas herencias y de las actividades emprendidas para su protección y conservación.

La educación, desde temprana edad en escuelas y también para todas las generaciones es relevante

Es necesario facilitar el acceso y guía a diversos sitios en formatos atractivos, bien documentados y diseñados en torno a la experiencia de las personas usuarias. Esto debe incluir requerimientos específicos y perspectiva de género e inclusión, para contribuir al aprendizaje y reconocimiento de las herencias culturales y naturales para apreciar, disfrutar y cuidar el patrimonio.

Para conocer, apreciar y mantener la memoria viva, la documentación es una herramienta imprescindible. Para eso, las y los profesionales -como gestores, divulgadores, promotores, entre otros- deben tener la formación y medios necesarios para desempeñar su trabajo.

Con base en esto, se puede impulsar la difusión y promoción del patrimonio, comunicado adecuadamente y con información disponible para cualquier persona.

Impulsar la investigación y publicación a través de diversos formatos puede contribuir a esta línea estratégica.

En este sentido, la celebración, desde 2014 cada segundo domingo de marzo, del Día de Patrimonio de Nuevo León es una iniciativa que contribuye a esta línea estratégica.

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