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Educación

BORRADOR DEL PLAN ESTRATÉGICO 2040 DE NUEVO LEÓN – REVISIÓN 2023

Published onMar 27, 2023
Educación
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Nota: Los comentarios que se tomarán en cuenta para la consulta serán los emitidos hasta el 23 de abril de 2023.

BORRADOR DEL PLAN ESTRATÉGICO 2040 DE NUEVO LEÓN – REVISIÓN 2023

Educación

La educación es un bien público y un derecho humano fundamental1 y los Estados2 deben asegurar que ésta sea inclusiva, equitativa y de calidad durante toda la vida3 (UNESCO, 2015; Agenda 2030).

Una educación que responda a los desafíos del siglo XXI requiere de combatir la exclusión y desigualdades en el acceso, la permanencia y el logro en los procesos y resultados educativos, con especial atención a los grupos socialmente vulnerables4.

Durante la pandemia, el derecho a la educación fue uno de los más vulnerados, agravando problemas estructurales como el acceso inequitativo a la educación de calidad, con consecuencias sobre el aprendizaje y desarrollo (UNESCO, 2020).

El cierre de escuelas acentuó la brecha en el aprendizaje y significó un mayor retroceso, por lo que las repercusiones de la pandemia fueron dispares y que existe una fuerte interconexión entre las realidades sociales y económicas.5

A su vez, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) subraya que en México hay diferentes condiciones, económicas (por carencias y pobreza) y no económicas (características sociales), que son barreras para el acceso a la educación. Además, los medios, los procesos y los contenidos del sistema educativo pueden no ser los más adecuados.6

Para tener condiciones de ejercer el derecho a la educación de manera efectiva es necesario: contar con una oferta educativa para todos los niveles de educación obligatoria; asegurar accesibilidad a los servicios educativos para personas con condiciones particulares (socioeconómicas, pertenencia étnica, discapacidad, entre otras); que los medios, los procesos de aprendizaje y los contenidos sean de calidad.7 (Coneval, 2020).

En el informe Reimaginar juntos nuestros futuros, la Unesco (2021) destaca la importancia de la educación en la construcción de un futuro más justo, sostenible y equitativo para todas las personas. Plantea que la educación debe ir más allá de la adquisición de conocimientos y habilidades, y debe centrarse en el desarrollo de competencias sociales y emocionales, la promoción del pensamiento crítico y la creatividad, y la inclusión de perspectivas diversas y globales. También hace un llamado a la colaboración y el diálogo entre los diferentes actores de la sociedad para abordar los desafíos globales y construir un futuro más prometedor para todos.

Existe un doble reto: el de garantizar el derecho a una educación de calidad para todas las personas y el usar el poder transformador de la educación para un futuro colectivo sostenible8. Esto demanda una visión común de los fines públicos de la educación, compartida entre los ciudadanos y el Estado, con acuerdos y compromisos puntuales (Unesco, 2021).

Este capítulo analiza los tres componentes clave de la educación en Nuevo León:

  • Acceso y cobertura educativa inclusiva, contemplando la educación como derecho humano, constitucional y bien común.

  • Calidad en la educación, que tiene como condicionantes el desarrollo integral, la equidad y la inclusión.

  • Sistema educativo ágil, flexible y en mejora continua, sustentado en evidencia, con datos e información para el monitoreo constante de su desempeño a través del tiempo y en comparación que fortalezca el contrato social.

Diagnóstico

La educación es un factor clave para la movilidad social y el acceso a mejores oportunidades de vida y económicas; es una herramienta para romper el ciclo de la pobreza y la exclusión social.

En Nuevo León 11% de los hijos de padres con primaria completa, o menos, alcanzan la educación superior, mientras este porcentaje es de 59% para los hijos de padres con estudios profesionales. La movilidad educativa en el estado presenta mejores indicadores que a nivel nacional, aunque es menor que en la región norte en su conjunto, tomando en cuenta la persistencia de 53% en el nivel de estudios profesionales de aquellos con padres con estudios superiores (CEEY, CONL, 2022)9.

En Nuevo León, los años promedio de escolaridad de la población de 15 años y más son de 10.7, en contraste con el nacional de 9.7 años. La cifra está cercana a los 11 años que, como mínimo, se deben tener como educación obligatoria en el país10(INEGI, 2020). En promedio en la OCDE las personas pueden esperar recibir cerca de 18 años de educación.

Al separar por género, los hombres en el estado tienen 10.9 años promedio de escolaridad y las mujeres 10.6, lo que exige abordar el acceso, permanencia y pertinencia en la educación del estado con perspectiva de género. La entidad ocupa el segundo lugar a nivel nacional, con una diferencia de 0.8, atrás de la Ciudad de México (11.5 años) (INEGI, 2020).

En 2020, en el estado, 95 % de las y los estudiantes de 6 a 14 años de edad asisten a la escuela, a nivel nacional la asistencia es de 94 % (INEGI, 2020).

Nuevo León ha disminuido la población con rezago educativo11 de 15 % en 2008 a un 14.37% en 2020, la media nacional se ubica en 19.25 % (Coneval, 2020). No obstante, para garantizar una educación para la ciudadanía mundial todavía hay retos en cobertura, calidad y los recursos humanos y materiales que consolidan el sistema educativo.

Al desglosar por grupos de atención prioritaria, son las personas con discapacidad y las personas adultas mayores quienes presentan niveles más altos de rezago educativo. En el caso del primer grupo, el porcentaje de hombres es mayor (42.6 %), mientras que en el segundo es el de mujeres (37.7 %) (Coneval, 2018).

En Nuevo León hay 77,945 personas mayores de 3 años de edad que hablan alguna lengua indígena, es la segunda entidad con mayor diversidad lingüística. De estos el náhuatl es el más hablado, seguido por el huasteco (INEGI, 2020).

Al respecto, la pertinencia educativa es fundamental para garantizar el acceso a una educación de calidad para todas y todos los estudiantes. Algunos de los temas más relevantes para asegurar la pertinencia educativa incluyen equidad de género, la inclusión de personas con discapacidad, el respeto a la diversidad cultural y lingüística y la promoción de habilidades para el siglo XXI, como la alfabetización digital y el pensamiento crítico12.

Acceso a la educación13

En México todas las personas tienen derecho a recibir una educación de calidad independientemente de su nivel socioeconómico, sexo o condición de salud. Mediante el análisis de la asistencia de niños, niñas y jóvenes podemos saber cómo se ejerce ese derecho.

El acceso a distintos tipos de instituciones educativas está asociado con los recursos económicos de los hogares de origen. El 34 % de las personas provenientes del 20% de los hogares con mayores recursos económicos asistieron a escuelas privadas para su educación primaria, mientras este porcentaje es de 0 % para quienes provienen del 20 % de los hogares con menor riqueza. Los porcentajes son similares para el caso de secundaria, 34 % y 0 % respectivamente (CEEY, CONL, 2022).

El acceso al sistema educativo y, por lo tanto, su garantía como derecho humano se mide con la cobertura (neta y bruta)14, la tasa de abandono15, la tasa de absorción16 y la tasa de terminación1718.

Los principales retos en cobertura están en los niveles de preescolar y educación media superior (EMS). En preescolar el porcentaje neto de matriculación19 no rebasa el 70 % de las y los niños en esa edad y ha tenido un incremento marginal entre el 2000 y 2019. En comparación, la cobertura en EMS ha aumentado en ese mismo periodo, aunque registra una tasa menor al promedio nacional (INEGI, 2019).

Preescolar

La educación inicial, desde los 0 años, y educación preescolar en edades de 3 a 5 años determina el desarrollo cognitivo y competencias socioemocionales que requieren los niños y niñas para ser personas adultas plenas (Banco Mundial, 2017). La educación de la primera infancia de alta calidad es crucial para brindar a los estudiantes de todos los orígenes un comienzo equitativo en su educación (OCDE, 2022).

La población de 0 a 3 años en Nuevo León es de 355, 221 infantes, lo que equivale a 6.14 % del total de la población: 6.09 % son niñas y 6.20 % niños; 6.12 % tiene alguna discapacidad; 95.71 % vive en zonas urbanas y 4.29 % en zonas rurales (INEGI, 2020). Esta población forma parte del grupo de edad de 0 a 5 años que registra el porcentaje más alto de pobreza (51.9 %) a nivel nacional, lo cual tiene consecuencias en su desarrollo y bienestar (OHCHR, 2021).

Entre 2010 y 2020, la matrícula de preescolar creció con una cobertura neta20 que pasó de 73.6 % a 75.5 %. En comparación, durante el mismo período, su cobertura bruta solo pasó de 74 % a 75.9 %21.

El principal reto en el nivel preescolar es la incorporación del alumnado en la edad más temprana posible. Los niños menores de 3 años a menudo son cuidados en el hogar o en programas que no están clasificados como educación infantil. Solo el 27 % de los niños de este grupo de edad están matriculados en educación infantil en la OCDE.22

La cobertura bruta de preescolar para niños de tres años, en el ciclo 2021-2022, fue 39.8%, muy similar a la nacional de 38.6%. Para las edades de 3 a 5 años, la cobertura en el estado aumenta a 66.6%, y nacional 63.7%. En comparación, en los países de la OCDE, el 83 % de los niños de 3 a 5 años están matriculados en educación infantil y otro 4 % ya está matriculado en educación primaria (SEP, 2022)23.

Primaria

La educación primaria en Nuevo León, tiene una cobertura bruta superior al 100 %, para el ciclo 2021-2022 fue de 104.9 %, y la cobertura neta fue de 98.3 %. (SEP, 2022) Esto es resultado del flujo migratorio positivo por lo que el número de alumnos matriculado supera el tamaño de las proyecciones poblacionales24.

Técnicamente no hay abandono en primaria. Este indicador pasó de 0.4 % en 2010 a -0.1 % en 2021, lo cual puede ser consecuencia de las reinserciones, de la migración interestatal, o de la movilidad entre tipos de sostenimiento, tipos de servicio o modelos educativos (INEE, s.f.). La eficiencia terminal en 2021 fue de 103 % y la tasa de terminación fue de 95.1 %. (SEP, 2022)

Secundaria

La cobertura bruta de la educación secundaria en el estado pasó de 93.6 % en el ciclo escolar 2010-2011 a 99.8 % para el ciclo 2020-2021. Y, la cobertura neta respectivamente fue de 87.6% y pasó a 86.9%. La tasa de abandono ha ido mejorando del 4.2 % en 2010 a 1 % en 2021 (SEP, 2022).

La tasa de terminación en secundaria refleja que todavía 1 de cada 10 de jóvenes no concluyen este nivel educativo, a pesar de haber mejorado significativamente en el período entre 2010 y 2021 al pasar de 82.1 % a 95.1 %. (SEP, 2022)

Educación Media Superior (EMS)

La cobertura bruta de EMS en Nuevo León ha incrementado de 57.3 % a 63.8 % entre el 2000 y 2022, sin embargo, todavía representa una caída significativa en la trayectoria educativa en comparación al nivel anterior (secundaria)25. Por otro lado, la cobertura bruta ajustada26 muestra un crecimiento de 64.8 % a 75.5 % en el mismo periodo, la cual toma en cuenta a egresados de bachillerato de dos años (gráfica 4).

El abandono en EMS se ha reducido a menos de la mitad. Pasó de 23.6 % a 9.7 % entre 2010 y 2021, aunque sigue representando un reto (SENL, 2022).

Nuevo León enfrenta desafíos para incentivar a los estudiantes a continuar sus trayectorias académicas tras las caídas de 19 % en la transición de secundaria a media superior y 23 % a educación superior, lo que se ha traducido en que el 56 % de jóvenes entre 15 y 24 años, un total de 339,384, se encuentren fuera del sistema educativo27.

En el nivel medio superior las causas reales de abandono son multifactoriales y destacan el fracaso académico, los problemas económicos y de salud (INEE, 2016). Entre 2010 y 2021, sin embargo, la tasa de terminación ha tenido un avance significativo al pasar del 43.5 % al 62.2 % y la tasa de eficiencia terminal ha mejorado del 52 % al 68.2 % (SENL, 2022).

Si bien la pandemia fue una coyuntura, estos son algunos resultados por nivel educativo, post pandemia28:

  • Los niveles de preescolar y de media superior tuvieron las mayores bajas con 22 mil 630 estudiantes menos y 7 mil 355 estudiantes respectivamente.

  • La educación superior registró un incremento de 53 % en su matrícula entre 2018 y 2022, principalmente por las inscripciones en línea.

  • No se registró una caída global en la matrícula del estado pues las pérdidas fueron compensadas por el aumento de matrícula de educación superior.

Educación de calidad

La calidad de la educación puede definirse como “las características de los medios, procesos y relevancia de los contenidos que generan efectos positivos sobre el aprendizaje y el aprovechamiento escolar para una inserción adecuada a la vida social o para continuar estudios postobligatorios” (CONEVAL, 2018, p. 46).

Para conocer el estado actual de aprendizajes y otros factores que facilitan y contribuyen al desarrollo de los alumnos y del sistema educativo, es necesario contar con información abierta, actualizada y confiable; es decir, con evidencia rigurosa para guiar la toma de decisiones, diseñar estrategias y llevar cabo acciones enfocadas en los aspectos que hay que mejorar.

En este sentido la educación en México enfrenta un gran reto a nivel federal, pues no se cuentan con suficientes indicadores de desempeño con metodologías sólidas, de fuentes públicas y abiertas y representativas. Por lo tanto, no hay evidencia en materia de calidad, desempeño y resultados desde educación inicial hasta media superior, tanto pública como privada.29

La evaluación estándar del desempeño educativo para los países de la OCDE es la prueba PISA. Sin embargo, Nuevo León no la ha presentado de manera representativa en 2015, 2018 y 2021, por lo cual no es posible comparar al alumnado estatal con el estándar internacional.

A pesar del contexto nacional, en el estado ha habido esfuerzos para conocer el impacto que tuvo la pandemia en la localidad. La Secretaría de Educación llevó a cabo durante 2021 y 2022 la primera edición de la evaluación llamada Nuevo León Aprende, aplicada en escuelas públicas y privadas, para valorar los aprendizajes imprescindibles en Lenguaje y Comunicación y Matemáticas30.

Sus resultados indican que el alumnado de tercer grado de primaria que tiene nivel satisfactorio o indispensable en el dominio de Lenguaje y Comunicación es de 24.5%, mientras que para el sexto grado es de 30.2%, y en Matemáticas es de 32.2% y 22.4%, respectivamente. Sin contar con una exacta comparabilidad nacional (SENL, 2022), estos resultados no son tan distintos de los referentes utilizados anteriormente con la prueba Planea.

En secundaria la tendencia en los resultados de aprendizaje es similar a la primaria. Nuevo León Aprende muestra un nivel satisfactorio e indispensable de 30.5% en Lenguaje y Comunicación y de 21.5% en Matemáticas.

De acuerdo al Banco Mundial, la lectura es una habilidad fundamental y necesaria para facilitar el aprendizaje, y la incapacidad de leer limita las oportunidades de seguir aprendiendo. Todas las y los niños deben leer con comprensión a los 10 años. El no saber leer para esa edad o al final de la primaria indica que una falla del sistema, y la incapacidad para ayudar a las y los alumnos a aprender en otras áreas como matemáticas, ciencias y humanidades, y representa problemas más adelante en su carrera escolar (Banco Mundial, 2019).31

En el caso de EMS para conocer el estado de las cosas e impacto de la pandemia, se realizó un diagnóstico en el nivel medio superior.32 Los resultados muestran que la mayoría de las y los estudiantes obtuvieron menos del 60 % de aciertos en matemáticas, comunicación y ciencias (IEEC, 2022).

Nuevo León Aprende en EMS muestra que, durante 2022, los resultados aprobatorios fueron: en Comunicación 10.50 %, en Matemáticas 18.60 % y en Ciencias 13.10 % (SENL, 2022). Esto también indica un problema en el aseguramiento del aprendizaje del alumnado y puede relacionarse con un rezago en el aprendizaje del nivel previo en las áreas de matemáticas y lectoescritura.

Aunque la cifra de jóvenes entre 15 y 29 años que no estudian o no trabajan se ha reducido desde 2011 46 % y 55 %, respectivamente, todavía hay 38,000 y 45,000 jóvenes en esta situación (ENOE, ene-dic 2019). Tanto la falta de matriculación a EMS como el abandono al sistema escolarizado contribuyen a que haya jóvenes en esta situación, lo cual limita sus oportunidades de tener empleos de calidad en el futuro.

La tasa de ocupación en jóvenes de 15 a 29 años es mayor conforme se avanza en el nivel de educación terminado y esta tendencia se ha fortalecido en el tiempo. Mientras que la ocupación para jóvenes con secundaria terminada ha pasado del 51.5 % al 48.7 % entre 2013 y 2018, ésta ha aumentado para quienes tienen EMS al pasar de 52.8 % al 56.3 % en el mismo periodo. Para quienes tienen educación superior terminada, la tasa de ocupación es de 80 % y se ha mantenido constante en el tiempo (INEE, 2019, ENOE 2013 - 2018).

Sistemas educativos con estándares internacionales

La perspectiva de la educación del siglo XXI se centra en que las personas deben adquirir conocimientos que les permitan tomar decisiones fundamentadas en beneficio propio y de los demás (UNESCO, s/f).

Específicamente, las competencias necesarias para hacer frente a los retos del siglo XXI son del tipo cognitivo33, intrapersonales34 e interpersonales35 (Hilton y Pellegrino, 2012).36 Para lograrlo se requiere que el sistema educativo cuente con los recursos humanos y materiales suficientes para garantizar cobertura, calidad y suficiencia.

En Nuevo León la infraestructura, equipamiento y materiales en los servicios existentes no son los suficientes o adecuados para cubrir las necesidades de todas las escuelas. La profesionalización de los profesores y personal administrativo es mejorable, así como su número y capacidad de atención al alumnado. La inversión en infraestructura está rezagada respecto a la demanda del servicio.

El ODS 4 de la Agenda 2030 de la ONU plantea como punto clave de la educación de calidad el contar con maestros calificados, al ser éste el principal factor de influencia en el alumnado. La UNESCO ubica en segundo lugar a los directivos.

Por lo tanto, el éxito del sistema educativo requiere de políticas de atracción, reclutamiento, formación y desarrollo profesional de los docentes y directivos escolares. Sin embargo, en Nuevo León falta dotar a los maestros de certeza laboral. Un 39.8 % de los maestros no tienen planta en nivel básico y el 61.8 % en EMS (SENL, 2020).

Además, el crecimiento poblacional, en particular en el área metropolitana y la región centro periférica ha provocado importantes presiones al sistema educativo. Entre 2009 y 2019 la matrícula ha crecido un 9 % lo que representa un incremento en la demanda de personal docente, infraestructura y presupuesto para atender el sector (SEP, 2020). Esta tendencia de crecimiento se concentró en los niveles preescolar y primaria, pero se prevé que de 2020 a 2030 se concentre en secundaria y EMS (SEP, 2020).

Por ejemplo, tan solo en el primer cuadro de la ciudad se autorizó la construcción de 6,000 departamentos entre 2019 y 2022 lo cual representa un incremento en la demanda de 170 aulas (Desarrollo Urbano Monterrey, 2019).

Sin embargo, la capacidad de respuesta ante este incremento de la demanda no ha sido suficiente y ha provocado que aumente la sobrepoblación en las aulas y que exista un mayor número de aulas adaptadas37.

En total, 968 (24.49 %) escuelas con 331,892 (37.85 %) alumnos estudian en 9,023 (29.06 %) grupos sobre poblados (tabla 9) (SEP, 2019). El tamaño del salón de clases influye en el clima organizacional de las aulas y de las escuelas (INEE, 2016, p. 39), y las clases más pequeñas permiten a los profesores centrarse en las necesidades individuales de los estudiantes (OCDE, 2016, p. 418).

Ambas situaciones actúan en detrimento del trabajo de los docentes y ponen en riesgo el aprendizaje del alumnado.

Hay un área de oportunidad en la información disponible sobre el estado de la infraestructura de las escuelas. De manera general, en Nuevo León, el 92.2 % de las escuelas en educación básica y 67.6 % en EMS cuentan con sanitarios independientes, en comparación con 85.7 % y 82.1 %, respectivamente, de la media nacional (SEP, 2019)38.

Mientras que, en 2018, 53 % de las escuelas en educación básica y 45.7 % de EMS, reportaban infraestructura adecuada para personas con discapacidad, en 2022 se reporta un menor porcentaje, 51% en educación básica (SENL, 2022).

Finalmente, en términos de conectividad, 50.4 % de las escuelas en primaria y 52.3 % de las escuelas en EMS tienen acceso a internet, pero 48.5 % y 59.9 %, respectivamente, cuentan con equipos de cómputo (SENL, 2022).

Uno de los problemas más importantes de la educación en Nuevo León es la falta de continuidad en los procesos e iniciativas de mejora de variables críticas. Debido a que no es posible ver en el corto plazo los efectos de las mejoras emprendidas, generalmente se atienden sólo los síntomas y por consiguiente no hay tiempo y recursos suficientes para atender causas estructurales (Rivas et al, 2020).

Un elemento clave para el éxito de un sistema educativo, y en la continuidad y mejora de los procesos, es el monitoreo constante de su desempeño en comparación con otras entidades y países. Este elemento parte de los cinco planteamientos39 que hizo la Unesco a México para mejorar su sistema educativo.

Problemas públicos

Nuevo León tiene importantes retos en términos de cobertura, calidad y de condiciones del sistema educativo para los retos del siglo XXI que limitan el aprendizaje y desarrollo de competencias en los niños, niñas y jóvenes neoleoneses.

La cobertura es insuficiente para el nivel preescolar, especialmente para infantes de tres años, lo que puede incidir en su desarrollo cognitivo y socioemocional.

También en EMS hay insuficiencia en la cobertura y se incumple con la obligatoriedad por ley. Además, hay un alto nivel de abandono y baja eficiencia terminal producto de la situación económica, de salud y de rezago educativo de muchos estudiantes, lo cual condiciona el futuro laboral y el desarrollo de buena parte de la juventud en Nuevo León.

Este problema es uno de los principales factores en el alto número de jóvenes sin oportunidad de estudios y sin oportunidad de empleo en el estado.

En términos de calidad, tanto en educación básica como la EMS, un número significativo de estudiantes no han logrado un nivel satisfactorio de aprendizaje, lo cual se demuestra en las evaluaciones y pruebas existentes. Lo anterior indica que las reformas que se han llevado a cabo para profesionalizar la docencia no han resuelto las brechas en el dominio de habilidades fundamentales.

El sistema educativo en Nuevo León no cuenta con los recursos materiales necesarios para asegurar una educación de calidad. La infraestructura educativa es insuficiente para el tamaño de la demanda actual y futura de los estudiantes.

Adicionalmente, existe un déficit en la incorporación de tecnologías de información y comunicación que coloquen al sistema educativo a la par de los estándares internacionales y reduzcan la brecha digital.

Tanto las condiciones de las aulas como los tamaños de los grupos incumplen con los estándares que permiten asegurar la calidad de la educación. Además, dado el incremento proyectado en la matrícula, esta presión sobre el sistema tiende a incrementarse.

Aspiración

La aspiración a guiar los objetivos y líneas estratégicas del área de Educación a 2040 es:

Nuevo León ofrecerá una educación pertinente, equitativa e innovadora para que las personas cuenten con los conocimientos, habilidades y competencias para su constante desarrollo personal y social.

La educación en Nuevo León debe enfocarse en cumplir con los estándares de la educación para la ciudadanía mundial y del siglo XXI y facilitar la movilidad social de las personas. Esto implica desarrollar conocimientos, habilidades y competencias necesarias para que las y los estudiantes desarrollen el pensamiento crítico y comunicación efectiva para comprender y enfrentar los desafíos globales, como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y la discriminación.

Esta educación debe fomentar los valores universales como la justicia, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos, sostenibilidad ambiental, así como el reconocimiento y la valoración de la diversidad cultural y lingüística.

Es necesario el uso de tecnologías digitales y proveer la formación continua a lo largo de la vida para asegurar que las y los estudiantes puedan estar al tanto de las tendencias y cambios en el mundo actual.40

Para hacer efectivo el poder de la educación en el desarrollo y la movilidad social, es necesario impulsar políticas públicas que garanticen una educación inclusiva y equitativa para todos los sectores de la población, con especial énfasis en aquellas poblaciones que históricamente han enfrentado barreras para acceder a una educación de calidad.

Fomentar la educación como un proceso continuo a lo largo de la vida es importante para asegurar que las personas tengan habilidades y conocimientos para adaptarse a un mundo en constante cambio.

Esto se logrará con base en un sistema educativo eficaz, dinámico e innovador, que fomente la formación de personas preparadas para la vida laboral y social, y comprometidas con el bienestar de su comunidad y la sustentabilidad de su entorno.

El cumplimiento de esta aspiración depende de asegurar que la educación llegue a todas las personas y tenga como resultado los aprendizajes deseados (CEPAL, 2019), lo que implica mecanismos inclusivos que combinen calidad e innovación.

De igual modo, se necesita que los instrumentos de planeación del sector educativo se traduzcan en acciones concretas y tengan un enfoque de resultados.

A partir del análisis del problema público y en concordancia con los ODS 4, Educación de calidad; 5, Igualdad de género; y, 8, Trabajo decente y crecimiento económico Nuevo León debe trabajar en la cobertura, la calidad y la capacidad del sistema educativo.

Para cumplir esta aspiración se definieron tres objetivos estratégicos.

Objetivos y líneas estratégicas

1. Garantizar el acceso, permanencia y terminación de estudios obligatorios de todas las personas.

Un requisito clave para tener una educación de calidad es asegurar que las personas cursen los niveles de educación preescolar, básica y media superior (UNESCO, 2007; UNICEF, 2017). Esto implica, por un lado, garantizar que exista un mecanismo claro de atracción de estudiantes y que se cuente con lo necesario para atenderles (UNICEF, 2017).

Por otro lado, también requiere que una vez dentro del sistema educativo, reciban lo indispensable para transitar de la mejor manera por la trayectoria educativa, que implica mantenerse, continuar al siguiente nivel y aprender de manera progresiva.

En consecuencia, se debe impulsar un sistema que evite el abandono, los resultados insatisfactorios en el aprendizaje e impulse la eficiencia terminal y la vinculación con niveles subsecuentes de educación.

Esto es de particular importancia para personas que viven en alguna situación de vulnerabilidad que pueda condicionar fácilmente su permanencia en el sistema educativo.

El cumplimiento de este objetivo es acorde al ODS 4.

Para lograr este objetivo se proponen dos líneas estratégicas:

1.1 Asegurar el acceso a la educación en los niveles básico y medio superior, con especial énfasis en los grupos de atención prioritaria.

La educación es un pilar fundamental para el desarrollo social y económico de Nuevo León. A pesar de los esfuerzos realizados en materia educativa, persisten brechas de desigualdad en el acceso a la educación en los niveles básico y medio superior, especialmente entre los grupos de atención prioritaria, como las personas en condiciones de movilidad y con alguna discapacidad.

Por ello, es fundamental asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de enseñanza, con especial énfasis en estas personas y grupos. Esto no sólo contribuirá a eliminar disparidades entre géneros y grupos sociales, sino que también está alineado a la meta 4.5 de la Agenda 2030.

Como señala la CEPAL (2019), para lograrlo es necesario fortalecer las trayectorias educativas y garantizar el ingreso oportuno, la permanencia y la conclusión de la educación. La consolidación de la educación en los niveles obligatorios permitirá iniciar el proceso educativo desde temprana edad e impactar positivamente su subsecuente y progresivo desarrollo. La oferta educativa debe garantizar la infraestructura y personal docente para los tres años de preescolar.

Además, se requiere un proyecto integral de atención a la primera infancia, de cero a los seis años, que fomente eficazmente el desarrollo cognitivo y socioemocional para garantizar la cobertura total en preescolar.

La pertinencia educativa, a través de currículums adaptados, es muy importante para garantizar el acceso a una educación de calidad que respete la diversidad cultural y lingüística de la región, así como otras características de personas y comunidades en el estado.

Se requiere especial atención por parte de las autoridades educativas en la formación docente, diseño de planes, programas de estudio y asignación de recursos para el fortalecimiento de la educación para los distintos grupos que experimentan mayor vulnerabilidad, exclusión y rezago educativo. Es necesario contar con un sistema de seguimiento y asignación de escuela para cada estudiante al pasar de nivel escolar, especialmente para quienes están por concluir su último año de secundaria. Esto es importante para disminuir el número de que no pueden continuar su educación en el sistema medio superior.

Esto se puede lograr por medio de un proceso que motive, facilite y oriente a las candidatas y los candidatos a la educación media superior, sin dejar atrás a las personas y grupos con mayor vulnerabilidad, para lograr así una educación inclusiva y con oportunidades para toda la población.

1.2 Impulsar la permanencia y el éxito académico en la educación obligatoria, especialmente en el nivel medio superior.

La permanencia y el éxito académico son factores fundamentales para la empleabilidad y la movilidad social de las personas, especialmente en educación media superior. El nivel educativo es un factor determinante en la reducción de la pobreza y la desigualdad social (CEEY-CONL, 2022).

Por ello, en Nuevo León es crucial impulsar la permanencia y el éxito académico en la educación obligatoria, durante toda la trayectoria educativa obligatoria, reforzando en el nivel medio superior. Para ello, se debe desarrollar un programa de fortalecimiento de aprendizajes en matemáticas y lectoescritura en los primeros años de primaria, lo que permitirá fincar las bases para el desarrollo de aprendizajes subsecuentes.

Además, se recomienda implementar un programa que enfatice el desarrollo de habilidades socioemocionales y sentido de pertenencia a la comunidad educativa, lo que contribuirá a fomentar el bienestar personal y social, con la participación activa de los estudiantes.

Es importante destacar que el sistema de control escolar de la Secretaría de Educación cuenta con la capacidad de identificar las localidades, colonias y escuelas con mayor abandono escolar. Por lo tanto, se puede desarrollar un programa de seguimiento focalizado y periódico que permita conocer y combatir de manera más efectiva las causas del abandono escolar en estas zonas.

Es necesario destacar que, para lograr una educación de calidad y equitativa en Nuevo León, se deben incluir aspectos que consideren la situación de las personas indígenas o migrantes, quienes a menudo enfrentan barreras adicionales para acceder y permanecer en la educación obligatoria. Estas poblaciones requieren medidas específicas para atender sus necesidades y garantizar su inclusión en el sistema educativo.

2. Asegurar que todos los y las estudiantes tengan una trayectoria educativa de calidad.

En Nuevo León, es crucial que los y las estudiantes adquieran aprendizajes de calidad para evitar quedarse atrás en oportunidades como las laborales (CEPAL, 2019). Por lo tanto, es necesario que la educación impartida se traduzca en conocimientos, habilidades y competencias que permitan a las y los estudiantes tener un desempeño satisfactorio y mejorar de manera continua su vida personal y profesional.

La asistencia regular a la escuela no es suficiente para asegurar el éxito en el sistema educativo. Es necesario que los contenidos curriculares y los procesos pedagógicos estén diseñados para impactar en el desarrollo de habilidades útiles para el futuro de las y los estudiantes (UNESCO, 2016). De esta forma se podrán alcanzar los objetivos de desarrollo personal y profesional.

Alineados con el propósito de construir en Nuevo León una educación para ciudadanía mundial es importante impulsar una visión integral y contextualizada del aprendizaje, en tres ámbitos fundamentales: el cognitivo (reflexión y análisis crítico), el socioemocional (sentido de pertenencia a una humanidad común con respecto a las diferencias) y el conductual (acción individual y colectiva responsable).41

Para alcanzar este objetivo, es importante asegurar las evaluaciones censales para los aprendizajes imprescindibles de lenguaje y comunicación y matemáticas, en educación básica y media superior. Los resultados obtenidos de estas evaluaciones permiten establecer estrategias específicas para reforzar el aprendizaje, como la implementación de un programa de reforzamiento para las y los estudiantes en riesgo de rezago académico en primaria, secundaria y bachillerato. También permiten identificar a aquellas y aquellos estudiantes más avanzados y fortalecer sus capacidades.

En adición, es importante destacar la necesidad de atender la brecha digital. Es fundamental proporcionar a las y los estudiantes recursos tecnológicos y una conectividad adecuada para facilitar su aprendizaje y desarrollo de habilidades digitales, lo que fue especialmente relevante en el contexto de la pandemia de COVID-19.

El logro de este objetivo es fundamental para contribuir al cumplimiento de los ODS 4 y 8, que se enfocan en la educación de calidad y el trabajo decente y crecimiento económico, respectivamente.

2.1 Asegurar que las poblaciones infantil y joven ejerzan su derecho a una educación integral de calidad.

Una educación de calidad debe producir resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos, en línea con la meta 4.1 de la Agenda 2030. Por lo tanto, es importante asegurar que niños y niñas reciban este tipo de educación de forma equitativa, a su vez otros grupos prioritarios.

Para lograrlo, hay que desarrollar un sistema de seguimiento y monitoreo que acompañe las diversas trayectorias educativas de niñas, niños y jóvenes, a fin de proporcionarles los apoyos pedagógicos que les permitan permanecer y lograr su avance educativo nivel por nivel.

También se requiere incorporar en el currículum académico de manera explícita programas que desarrollen las habilidades y competencias deseables por nivel y que éstas sean sistemáticamente evaluadas.

Asimismo, establecer los ajustes necesarios para el diseño del entorno físico de aprendizaje que puede fomentar u obstaculizar la enseñanza y el aprendizaje de las competencias del siglo XXI (OCDE, 2018) y limitar el tamaño de los grupos de acuerdo con el cupo pedagógico óptimo para el trabajo que se debe realizar42.

Fortalecer los métodos de enseñanza de lectoescritura en la primaria para incrementar las competencias de lectura y comprensión. Acompañados de programas de fomento a la lectura a lo largo de la educación básica. Y, dar seguimiento a través de un programa de evaluación que permita conocer a atender los avances y rezagos.

Para abordar la brecha digital en Nuevo León, se pueden implementar políticas públicas y programas específicos para proporcionar dispositivos y conectividad a las y los estudiantes de bajos recursos, y capacitar a los docentes en el uso efectivo de tecnologías digitales para la enseñanza. Esto permitiría a todas y todos los estudiantes tener acceso a las mismas oportunidades de aprendizaje y competencias digitales necesarias para el desarrollo pleno de su potencial en la vida.

La UNESCO recomienda usar mecanismos de evaluación educativa tanto del logro estudiantil como de las políticas y programas implementados, y del cumplimiento de metas trazadas. La evolución es clave para monitorear, rendir cuentas, transparentar el ejercicio público y ejercer un gobierno democrático.

2.2 Fomentar el compromiso de padres, madres y otras personas tutoras en la educación de hijas, hijos o infantes bajo su tutela.

La corresponsabilidad de padres, madres y personas tutoras conlleva acompañar a las y los infantes en su proceso de desarrollo. Además, contempla el establecimiento de estructuras y hábitos que les permiten fortalecer su autonomía de manera progresiva, al igual que la práctica de destrezas.

También, se trata de asistir de manera paralela las exigencias académicas atendiendo las necesidades y fortalezas particulares de cada niña y niño. Por lo tanto, se necesitan distintas capacitaciones que habiliten a madres, padres y personas tutoras en su rol activo en la educación de sus hijas, hijos o infantes bajo su tutela.

Sobre todo, se requiere de un mecanismo de comunicación efectivo entre el plantel escolar y las personas al cuidado de las y los alumnos, para conocer los avances, pero también de manera oportuna las necesidades y los refuerzos que se puedan llevar en casa para impulsar la formación integral de las y los estudiantes.

2.3 Asegurar la empleabilidad de los y las jóvenes en el sector productivo con programas pertinentes y de calidad.

El éxito de la empleabilidad de jóvenes abarca tres dimensiones: la posibilidad que tiene de concluir sus estudios; el nivel de su preparación en conocimientos y habilidades técnicas, y blandas, actualizadas al contexto laboral, y la existencia de oferta inclusiva y con la alineación a sus capacidades.

Para que las y los jóvenes reúnan la preparación para incorporarse con éxito al mercado laboral necesitan de las oportunidades para completar sus estudios, al menos hasta la educación media superior, en concordancia con la meta 8.6 de la Agenda 2030.

Tener un empleo de calidad requiere incrementar las competencias técnicas y profesionales necesarias, en línea con la meta 4.4 de la Agenda 2030.

Esto implica considerar capacitación y contratación con perspectiva de género, y ampliamente inclusiva para incluir a personas pertenecientes a grupos socialmente vulnerables, de acuerdo con la meta 8.5 de los ODS. Además, es importante que sus remuneraciones sean iguales a las personas que hacen el mismo trabajo.

Se deben considerar programas especiales de capacitación e intermediación laboral que faciliten y garanticen la inserción laboral de los jóvenes en condiciones de vulnerabilidad. Es necesario además incorporar programas que desarrollen habilidades blandas en los jóvenes no escolarizados.

La educación dual es una buena estrategia para abordar el problema del desempleo juvenil y la falta de habilidades laborales en el mercado local. Para ser exitosa requiere de empresas dispuestas a participar y recursos para capacitar a maestros en las escuelas y a supervisores en las empresas. Esta práctica es relevante porque prepara a las y los estudiantes para el mundo laboral y, también ayuda a las empresas a identificar y desarrollar talentos jóvenes y a establecer relaciones más estrechas con las instituciones educativas

3. Contar con un sistema educativo con estándares internacionales orientado en la mejora continua sustentado en información relevante y confiable.

Una educación capaz de formar con suficiencia y eficacia en las competencias del siglo XXI necesita de una renovación fundamental en sus paradigmas.

Lograr una educación inclusiva y de calidad requiere fortalecer de manera sistémica la gestión educativa, los procesos pedagógicos, las capacidades de enseñanza, los ambientes de aprendizaje y la participación de la comunidad. Atender aisladamente a una sola variable no es suficiente para mejorar la educación (Rivas et al. 2020).

En educación, como en otros sistemas complejos, se tiene que contar con rumbos bien definidos que identifiquen con claridad qué políticas educativas son estructurales y prioritarias, qué tipo de recursos económicos y técnicos son necesarios y por cuánto tiempo. Esto asegurará que no cambien las prioridades y se pierdan los avances (Rivas et al. 2020).

Dicho propósito será posible garantizando que exista una hoja de ruta educativa estatal para operar estructuralmente políticas, estrategias e iniciativas con enfoque a resultados.

Es importante que esta hoja de ruta sea acompañada por la infraestructura, equipamiento, cuerpo docente y directivo necesarios. También que cuente con los programas educativos, sociales y de gestión para asegurar el éxito educativo del estudiantado y la satisfacción de toda la comunidad educativa.

Este objetivo está alineado con el ODS 4.

Para lograr este objetivo se proponen dos líneas estratégicas.

3.1 Fomentar el desarrollo profesional permanente de las capacidades y competencias del personal docente y directivo.

La figura del personal docente y el enfoque que sus integrantes adoptan en la enseñanza es central para determinar la experiencia educativa (CEPAL, 2019). Además, constituyen la principal guía en la educación formal por su contacto directo y diario con las y los estudiantes.

Más allá de proveer información, la maestra o maestro acompaña la formación intelectual y personal del alumnado. Es responsable de desarrollar el intelecto, las competencias, las habilidades de interrelación con otras personas y su comunidad, y el ambiente basado en la inclusión y el respeto. A su vez, cada docente debe recibir acompañamiento de la institución educativa en su desarrollo y adaptación continua a la una realidad dinámica y siempre cambiante.

La Unesco indica que es necesario fortalecer los mecanismos para promover el ingreso de candidatas y candidatos de excelencia al servicio docente. Después de captar a personal de excelencia, se debe asegurar que cuenten con el apoyo, formación y herramientas pedagógicas idóneas y pertinentes a los contextos diversos de cada localidad.

Por lo tanto, en acuerdo con la meta 4.c de la Agenda 2030, es importante impulsar la formación inicial y continua para el mejoramiento de la calidad del sistema educativo estatal.

En este sentido, se requiere establecer un programa de desarrollo profesional para el profesorado, que permita avances en sus competencias digitales, dominio de las matemáticas y del español, actualización en neurociencia educativa y de acompañamiento socioemocional.

A su vez, el personal directivo necesita un programa de profesionalización, para el desarrollo de las competencias acordes a la función que desempeñan, para administrar, gestionar y atender mejor las necesidades de los planteles.

Igualmente, es importante evaluar mejorar prácticas y soluciones con base científica para innovar en distintos procesos educativos y de gestión con la participación de múltiples sectores de la sociedad.

3.2 Asegurar que las escuelas tengan la infraestructura y equipamiento necesarios.

La infraestructura43, equipamiento, tecnología y materiales son las herramientas con las cuales se encamina y facilita el ejercicio de la educación de calidad. Además, se requiere su adaptación a las necesidades de las personas con discapacidad y las diferencias de género, de acuerdo con la meta 4.a de la Agenda 2030.

Es importante determinar qué tipo de sistemas de información e interpretación de la información se necesitan para entender los problemas y diseñar las soluciones que enfrentan los y las estudiantes, quienes deben desarrollar actividades con alta inclusión de tecnologías que reduzcan las desigualdades de acceso y permanencia (CEPAL, 2019).

Por eso, es necesario tener un inventario maestro de requerimientos para cada nivel educativo, a fin de habilitar los espacios de la mejor manera posible.

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