BORRADOR DEL PLAN ESTRATÉGICO 2040 DE NUEVO LEÓN – REVISIÓN 2023
La pandemia por la COVID-19 representó un cambio en las formas de otorgar y cuidar la salud. Esta crisis transformó las prioridades en la vida de millones de personas y como resultado, sitúan la procuración de la salud como un eje central de vida (Consejo Nuevo León, 2023).
Queda el aprendizaje de lo vulnerable que pueden ser las personas y las organizaciones en los momentos de crisis, por lo que, al pensar en el futuro de las instituciones de salud, se requiere prevenir y anticipar los puntos de quiebre.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022) y las constituciones mexicana y de Nuevo León1, el grado máximo de salud que se pueda llegar a tener es un derecho fundamental de todo ser humano, lo que contempla el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de salud de calidad suficiente.
La reforma de la Constitución de Nuevo León (2022) establece que las personas tienen derecho a la protección de la salud física y mental, a una alimentación nutritiva, sana, suficiente y de calidad que propicie un desarrollo físico, intelectual y emocional. Precisamente, el tener una vida sana, más que la ausencia de enfermedad, es un estado de bienestar físico y mental que se relaciona con el contexto social y ambiental en el que se desenvuelven las personas (OMS,1948; CEPAL, 2019).
Las principales causas de defunción en la entidad están relacionadas con enfermedades que pueden prevenirse con un estilo de vida saludable y a través de detección y diagnóstico oportuno. La Agenda 2040 recalca la importancia de procurar una vida sana y promover el bienestar de todas las personas.
El alcance del grado máximo de salud está relacionado con la atención a los determinantes sociales, la Organización Mundial de la Salud los define como: "las circunstancias en que las personas nacen crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana" (OMS, 2022). Esta visión plantea que la procuración y el restablecimiento de la salud requiere la revisión del entorno y contexto en el cual las personas en Nuevo León encuentran para el desarrollo de su salud, prevención y atención de la salud2.
Ante el aumento de la esperanza de vida y los cambios en los patrones de enfermedad y mortalidad, México pasó de tener alta mortalidad por desnutrición y enfermedades infecciosas a aumentar en enfermedades crónicas, lo que representa una mayor carga de atención. Además, existen diferencias en la dinámica por género: en la que los hombres mueren más a causa de accidentes y homicidios, mientras que las mujeres por padecimientos crónicos que desenlazan en fallas orgánicas irreversibles (Muñiz, B. L. C., & Garza, M. L. C.,2023, ENSANUT, 2021)
En Nuevo León, la esperanza de vida al nacer al 2024, es de 79.59 años en promedio;73.6 años para los hombres y de 79.3 años para las mujeres. Aunque este registro es ligeramente superior al promedio nacional, está por debajo del promedio de países de la OCDE, el cual es de 81 años, 78.3 y 83.3 años, respectivamente (CONAPO,2022; OCDE, 2019). En 2020, la esperanza de vida se redujo en dos años para las mujeres y tres años y medio la de los hombres en Nuevo León (CONL-CEEY, 2022, 2020).
Este capítulo analiza las vías que llevan a las personas en el estado de Nuevo León a gozar de buena salud y en caso de enfermedad, la cascada de atención en servicios de salud que se despliega para proveerles atención a lo largo de su vida. Esto se analiza mediante cuatro apartados:
Conductas y ambientes para vivir saludablemente.
El estado de la salud mental en Nuevo León.
Necesidades de salud, acceso a los servicios de salud y calidad de la atención.
Detección, diagnóstico y tratamiento oportunos.
Un indicador que revela más información contextual sobre qué tan saludable es la vida en una comunidad es la esperanza de vida a los 65 años. En la entidad, la población adulta mayor aspira a vivir 17.83 años más (CONAPO, 2020). Aunque este registro es 17.61, 0.23 años mayor al promedio nacional (CONAPO, 2020), sigue por debajo de los 19.7 años reportados como promedio en países de la OCDE (OCDE, 2019).
El incremento de la esperanza de vida a los 65 años es resultado de estilos de vida más saludables, mejores condiciones de vida y mayor acceso a servicios de salud de calidad (OCDE, 2019). Un mayor acceso a servicios de salud, educación y vivienda son elementos que influyen en la movilidad social (CEEY, CONL 2022).
Encauzar la vida saludable depende de tres factores:
Un compromiso individual con la salud.
Hábitos y ambientes saludables desde los entornos comunitarios públicos y privados.
La atención de los determinantes sociales de la salud en relación con la movilidad social y pobreza multidimensional del estado.
La participación de las comunidades en la prevención de su salud permite anticipar posibles riesgos (SS,2018). El programa “Comunidades Saludables”, de la Secretaría de Salud Federal, certifica que se cumpla con la creación de entornos favorables a la salud. Para 2018, en Nuevo León el 25.26% de las comunidades estaban certificadas como saludables, una proporción muy superior al promedio nacional de 2.62% (SS,2018).
Un ambiente sano debe fomentar el autocuidado, que la opción más accesible y asequible sea la más saludable en materia de atención a la salud, alimentos y actividad física periódica (OMS, 2020).
Mejorar el entorno social
Diversos estudios (Díaz, 2022, Madrid, 2022, Orozco, 2022), principalmente desde la movilidad social, describen que mientras más bajo es el estrato social de una persona, menos son los recursos para controlar su ambiente y, por ello, experimenta incertidumbre y opciones limitadas de acción que pueden afectar su salud (CEEY, 2019). Una vida saludable está directamente relacionada con la disminución de las desigualdades y por ende mejorar el entorno social.
El entorno social requiere considerar como elemento de partida las diferencias y necesidades de las regiones del estado. Utilizando como guía los hallazgos del informe de movilidad social ESRU-EMOVI Nuevo León 2022, se plantean las siguientes zonas de referencias geográficas: zona metropolitana, zona periférica y zona rural.
El informe de movilidad social reporta que el acceso a la salud está condicionado por las oportunidades que las que las y los habitantes tienen y se distribuyen por alcance económico, educación y discriminación. Por lo menos el 35% de las personas se ven limitadas a tener atención de la salud y realizar actividades de autocuidado al no tener acceso igualitario a recursos económicos (CONL-CEEY, 2022).
Al evaluar los valores de referencia previos a la pandemia, en Nuevo León el 52% de la población cuyos padres pertenecen al 20% con menores logros de salud permanecen en ese estrato. Sólo el 2% con las condiciones más adversas de origen en salud ascienden al 20% con mayores logros.3
*Gráfica en proceso de adaptación.
Fortalecer el acceso universal a los sistemas de salud es clave para mejorar condiciones sociales que ayuden a poder acceder a una vida saludable y disminuir las desigualdades existentes.
La procuración del bienestar, además de cuidar la salud física, se expande a considerar otros elementos que pueden favorecer o limitar el desarrollo de las personas. El estrés y la falta crónica de recursos para satisfacer necesidades básicas son factores que predisponen a las personas a presentar enfermedades mentales graves. La salud mental es una parte fundamental de una vida saludable y se encuentra directamente vinculada al entorno físico y al contexto global.
A nivel mundial, los trastornos mentales contribuyen al 7% de la carga de años perdidos a causa de discapacidad por enfermedad. Los trastornos mentales graves4 están asociados con peores resultados en salud y aumento de la mortalidad de la población (CONL-ITESM-2023).
La angustia mental derivada de crisis y riesgos percibidos limita la libertad de valorar y vivir la vida y puede desencadenar ansiedad y depresión (PNUD, 2022). La OMS, OCDE y PNUD señalan que los efectos del estrés mental pueden ser más dañinos en niñas, niños y adolescentes (NNyA), por lo que se les reconoce como grupo de atención prioritaria.
Figura 2. Determinantes sociales de la salud mental
*Gráfica en proceso de adaptación.
Los problemas de salud mental generan costos económicos equivalentes a más de 4.2% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel nacional debido a costos directos del tratamiento, el impacto en la salud física y la disminución de las tasas de empleo y de productividad. Por poner un ejemplo en los últimos 11 años, la incidencia de suicidio en la entidad ha crecido con un promedio acumulado de 3.8%. El impacto económico relacionados a cada suicidio (y sus intentos) para el 2021 se estima en $8,420,000,000 MXN. Esto equivale al 0.42% del PIB de Nuevo León (CONL-ITESM, 2023).
La OMS propone el contar con un sistema que promueva, restaure y/o mantenga la salud mental (CONL-ITESM, 2023). El acceso a esta atención se otorga únicamente a cerca del 10% de la población mundial (PNUD, 2021).
Sin un diagnóstico oportuno y tratamiento, los problemas de salud mental pueden tener consecuencias graves para las personas, siendo la más evidente el suicidio (OMS, 2018). En el estado, las lesiones autoinfligidas son la cuarta causa de muerte con 7.28 muertes por cada cien mil habitantes (CONL-ITESM, 2023). Hay un incremento acumulado en suicidios, se reportan 6.26 suicidios por cada 100,000 habitantes5, una tasa mayor en la nacional (6.05), sin embargo, es menor al promedio de la OCDE con 12 (OCDE, 2021).
La OMS, OCDE y PNUD señalan que los efectos del estrés mental pueden ser más dañinos en niñas, niños y adolescentes (NNyA), por lo que se les reconoce como grupo de atención prioritaria. El 5.3% de la población adolescente a nivel nacional reportó haberse hecho daño con el fin de quitarse la vida (Ensanut, 2021), cifra superior a 3.9% reportada en 2018 y 2019. De este 5.3% el 40.5% fue durante la primera etapa de la contingencia sanitaria por la pandemia de COVID-19 (Ensanut, 2020).
Los tres padecimientos mentales prioritarios que requieren atención en Nuevo León son ansiedad, depresión y esquizofrenia (CONL-ITESM, 2023). En el estado, los síntomas más frecuentes relacionados con depresión en NNyA entre 10-19 años, son los problemas de sueño. El 10.9% declaró que un número considerable de veces no durmieron bien y 13.5% todo el tiempo o la mayoría del tiempo6.
El incremento de problemas de salud mental no es exclusivo de NNyA. Como reporta el Informe Mundial sobre Salud Mental de la OMS (2022), posterior a la pandemia por COVID-19 las tasas de trastornos depresivos y de ansiedad crecieron un 25% durante el primer año y aproximadamente una de cada ocho personas en el mundo padece algún trastorno mental. En esta línea la presencia de síntomas depresivos en México se presentó en el 17.7% de la población adulta y es considerablemente mayor en las mujeres7 24.8% que en los hombres 10.5% (Ensanut, 2022).
En el contexto de la pandemia del COVID-19, se han amplificado los factores de riesgo asociados al suicidio, como la pérdida de empleo, los traumas o abusos, los trastornos mentales y las barreras de acceso a la atención de la salud (OPS, 2022). En México los años vividos con discapacidad a causa de padecimientos mentales es de 1716.6 por cada 100,000 habitantes (OPS, 2019).
Resulta evidente, entonces, que el cuidado de la salud y salud mental es integral y no involucra únicamente al sector hospitalario, sino que es una corresponsabilidad ambiental, económica y social que tiene efecto en distintas vertientes en la vida de las personas. Los entornos que no promuevan hábitos saludables tienen un impacto en la calidad de vida de la población y en consecuencia en su esperanza de vida. La coordinación intersectorial e interinstitucional insuficiente evidencia la puesta en marcha de acciones verticales y desintegradas con implicaciones sanitarias de largo plazo que obstaculizan e incluso se contraponen a mejorar la salud de la población y lograr la equidad sanitaria.
Generar estrategias diferenciadas por región, coordinación y cooperación de las diferentes instituciones prestadoras de servicio, es una prioridad para el fortalecimiento de la atención en salud del estado. El acceso a los servicios de salud está asociado a la seguridad social, con esto también la posibilidad de satisfacer la necesidad de salud, ya que la disposición de los servicios está condicionada por la derechohabiencia y/o la posibilidad de autogestión.
La operación de los servicios de salud en Nuevo León involucra la participación de instituciones públicas de los diferentes sectores, federal, estatal y municipal, así como instituciones del sector privado y organizaciones de la sociedad civil que otorgan atención en salud. La consulta pública Construyendo el Futuro (CONL, 2023) identificó áreas de oportunidad en la salud pública de Nuevo León, con énfasis en el Sur del Estado. La mitad de la población (49%) de Nuevo León identifica la salud pública como buena o muy buena, 56% califican así la intervención en salud y 32% la atención a los más desprotegidos. En contraste, en el sur, 1 de cada 3 personas (33%) califica bien la salud pública, 43% la intervención y 26% la atención a las personas más desprotegidas.
Dinámica de la atención de la salud en Nuevo León.
En los resultados de la Encuesta Nacional en Salud (ENSANUT) en los años 2018 a 2021 el 40% de las personas en México cuando presentan un problema o necesidad de salud, acuden a servicios privados. En el estado, destaca que de la población que recibió atención, 40.36% no se atendió en el lugar de su derechohabiencia (ENSANUT, 2022). El 25% de personas reporta no haber acudido a su lugar de derechohabiencia porque está muy lejos el lugar donde le toca ir; 16% porque dan cita dentro de mucho tiempo; el 10% porque no tienen el servicio que necesita; 10% porque no había servicio en el horario en que lo necesitaba y 8% informó que su necesidad de salud ya estaba siendo atendida por un médico privado (ENSANUT, 2022).
Cuadro 1. Motivos para no atenderse en el lugar de derechohabiencia o en Secretaría de Salud (n=145*).
Motivos | Porcentaje |
Está muy lejos el lugar donde me toca ir | 25% |
Me dan cita dentro de mucho tiempo | 16% |
No tienen el servicio que necesito | 10% |
No había servicio en el horario en que lo necesitaba | 10% |
Mi necesidad de salud ya está siendo atendida por un médico privado | 8% |
El tiempo de espera para pasar a consulta es muy largo | 4% |
Me tengo que formar para recibir una ficha para que me den cita | 4% |
En general no confío en el diagnóstico/tratamiento | 3% |
No me gusta la atención que dan/no son amables | 3% |
No dedican suficiente tiempo a la consulta | 2% |
No me gustan las instalaciones/equipo del lugar | 2% |
Me hacen pagar consultas, medicamentos, laboratorios, otros | 1% |
Otro | 15% |
Fuente: Ensanut Continua 2022 para el estado de Nuevo León.
*Población que contestó una solo opción de motivo.
De acuerdo con la encuesta Cómo Vamos 2022, en los últimos 12 meses el 17.7% de la población declaró haber tenido algún problema de salud. De manera complementaria los resultados de la ENSANUT 2022 establecen que en el último trimestre8 el 24.3% de las personas tuvieron una necesidad en salud. Destaca que el 91.4%9 de los encuestados buscó atención de su problema de salud, el 90.5% recibió atención, contrasta que el 50.2% recibió atención a través de servicios públicos. Las necesidades reportadas en salud están encabezadas por eventos agudos en 36.5%,34.2% de enfermedades crónicas y sólo un 9.1% a actividades de prevención.
El gran reto que tiene el estado hacia el 2040 es que 32.1% no cuenta con seguridad social (ENSANUT, 2022)10 y la atención de la salud de este último grupo dependerá de las opciones otorgadas por el estado y la capacidad de autogestión . El 59.9% de la población está afiliada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 4.2% al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), 3.1% cuenta con seguro médico privado.
De acuerdo con organizaciones nacionales e internacionales, el desafío es claro, hay una necesidad de ampliar la cobertura de la protección social a través de la incorporación de las instituciones y colectivos que no han sido incluidos, combinando elementos contributivos y no contributivos. (CEPAL, 2021a, 2021b, CEEY, 2018, ENSANUT 2020, 2021, 2022).
Los datos de la ENSANUT señalan que la población a nivel nacional derechohabiente o no a la protección social está optando por la atención en el sector privado y/o en CAF, en la región frontera a la que pertenece Nuevo León los CAF, son el segundo lugar de atención y se muestra su distribución en la siguiente gráfica.
*Gráfica en proceso de adaptación.
A nivel nacional la tendencia de atención está centrada en el IMSS, mientras que solo en el área rural predomina la atención a través de secretaría de salud (SS). La atención en consultorios privados y CAF es del 42.1% apenas superando la atención otorgada en conjunto por instituciones públicas IMSS, ISSSTE, SS, que corresponde al 43.39% de la atención (ENSANUT, 2021).
Los resultados que presenta la ENSANUT, señalan que el acceso a la salud está siendo absorbida casi por la mitad de la población como un gasto de bolsillo. Estos datos son consistentes con la Cuenta Satélite del Sector Salud de México (CSSSM) 2021, que publica el INEGI. En 2021, el gasto que realizaron directamente los hogares para cubrir sus necesidades de salud ascendió a 672, 294 millones de pesos, esto representa 40.1% de la oferta total de bienes y servicios relacionados con la salud12.
*Gráfica en proceso de adaptación.
En la región frontera, en la cual se encuentra Nuevo León, destaca un mayor porcentaje que se atendió en el IMSS (43.2%), seguido de Consultorios Anexos a Farmacia (23.1%) y en un (7%) hospitales de la Secretaría de Salud (ENSANUT, 2021).
Del 56% de los usuarios de salud que se atendieron en el sector privado, destaca que cerca de la mitad se atendió en consultorio en domicilio particular de médico privado y un tercio en CAF. Las principales razones para atenderse en los establecimientos son: tener afiliación, la cercanía con un servicio de salud, y/o el bajo costo (ENSANUT, 2020).
La ejecución de la responsabilidad de proveer servicios de salud requiere de unidades médicas y hospitales con suficientes recursos presupuestarios, humanos y materiales (OCDE, 2019). Como menciona el CEEY, 201913, las inequidades en salud son costosas, ya que implican una carga de morbilidad y/o mortalidad evitable.
Los instrumentos de consulta muestran que la población está buscando alternativas de atención ante las fallas estructurales que presenta el sistema de salud en Nuevo León.
La Secretaría de Salud Estatal es la institución rectora responsable de la atención de la población que no es derechohabiente de salud y/o protección social, aproximadamente el 32.1% de la población de Nuevo León14 equivalente a 1.7 millones de personas. La estrategia que ha establecido es mediante el programa “Cuidar tu salud” La Nueva Ruta. Este programa cuenta con 3 estrategias15 y 6 ejes de acción16 orientados a la población no derechohabiente de Nuevo León.
La coordinación de todas las instituciones prestadoras de servicios de salud, tanto públicas como privadas, es necesaria para el éxito de la promoción, prevención y atención. El alcance de los gastos cubiertos por la afiliación representa la protección financiera de las y los derechohabientes. Si es insuficiente, los servicios no cubiertos se transforman en gasto de bolsillo para las familias.
De acuerdo con la OCDE al 2020, en México17 se invierten 1,22718 dólares per cápita en atención en salud, de los cuales el gobierno federal aporta aproximadamente 649 dólares, mientras que la población contribuye con 578 dólares. A nivel federal, de 2018 al 2021, el gasto de bolsillo ha aumentado y representa el 41% del gasto total en salud. En Nuevo León los últimos datos reportados mencionan que el gasto per cápita en salud es para personas no derechohabientes de 3613 pesos, y en personas con seguridad social 5621 pesos (SICUENTAS,2019). Esto significa que la protección financiera de los servicios de este tipo no es suficiente y sus costos pueden representar una importante presión en la economía familiar.
El incremento del gasto de bolsillo también apunta a que el gasto público en salud es insuficiente. En Nuevo León la última actualización reportada el 2019, representa el 1.5% del PIB; cifra que está por debajo de la media nacional del 2.8% y la mitad del promedio de la OCDE (6.6%) (SICUENTAS,2019). Cabe señalar que las aportaciones a nivel estatal han mostrado un incremento contribuyendo con 21.8% de las aportaciones en salud.
Ante la insuficiencia de los servicios de salud las y los usuarios han buscado alternativas de atención, entre las principales quejas reportadas está la larga lista de espera para recibir la atención19 y el desabasto de medicamentos (ENSANUT 2022). El otorgar atención universal, eficiente y de calidad a lo largo de la vida de las personas en Nuevo León se mantiene como prioridad hacia el 2040.
Recursos humanos e infraestructura, planear a largo plazo el personal de salud que se necesita para brindar atención en el día a día y contención en los momentos de crisis del estado
En el 2021, el empleo en el sector salud a nivel nacional se ubicó en 2,478,269 puestos de trabajo remunerados ocupados, esto representó 6.1% del total de la economía (CSSSM, 2021). La economía del sector salud muestra que la contribución del PIB del sector público, excepto el año 2020 con la pandemia, se ha mantenido casi estática, mientras que las contribuciones del sector privado y el trabajo no remunerado en el cuidado de la salud han aumentado superando en conjunto la participación del sector público (CSTNRHM, 2021). La participación de los hogares ha sido necesaria para satisfacer las necesidades de salud.
La insuficiencia de recursos humanos es ya una limitante operativa en Nuevo León (Fajardo, 2017). El número de médicos generales y familiares por cada 1,000 habitantes en Nuevo León ha estado históricamente por debajo del promedio nacional (Fajardo, 2017).
*Gráfica en proceso de adaptación.
Si bien el estado ha superado esta media a partir del 2018, para el 2020 Nuevo León cuenta con una tasa de 1.046, número mucho menor a su máxima histórica de 1.285 en el año 2011; año a partir del cual se registró un estancamiento en el número de médicos por 1,000 habitantes.
En el 2020, la entidad contaba con una tasa de 1.05 médicas y médicos generales y familiares por cada 1,000 habitantes para la atención de pacientes con y sin seguridad social (SINAIS, 2020). En contraste, la tasa promedio es de 2.4 y de 4.8 para los países de la OCDE (OCDE, 2019). En el caso del personal de enfermería, la tasa estatal fue de 1.7 por cada 1 000 habitantes, mientras que México tiene una tasa de 2.9 (OCDE, 2019) y la de los países de la OCDE de 8.8 (OCDE, 2019).
Ante los indicadores nacionales y de la OCDE, existe un déficit de personal de salud en el estado, un área de oportunidad a atender es la vinculación entre la oferta de empleos y la demanda en el sector salud y el área de cuidados especializados20.
En cuanto a infraestructura, Nuevo León presenta carencias en comparación con el promedio nacional. Al comparar con el promedio de países de la OCDE, se presenta un rezago importante. De acuerdo con los datos obtenidos por la encuesta ESRU-EMOVI, la infraestructura de servicios de salud del estado registrados en Directorio Nacional de Unidades Económicas (DENUE) de 2021 identificaron 9,509 observaciones, de las cuales 2,250 centros de atención de salud, desde hospital, centro médico o clínica hasta farmacias con atención médica en plazas comerciales 7,259 consultorios privados incluyendo refugios, casas de asistencia y residencias, y por la parte de escuelas de preescolar y centros de cuidado infantil se encontraron 1,862 instituciones (Díaz A,O, 2022).
La relevancia de la infraestructura para la salud y cuidados va más allá de la resolución oportuna de las necesidades de salud. El contar con espacios dedicados a la atención y cuidados ayuda a la movilidad social ascendente, disminuye el número de personas en situación de pobreza y pobreza extrema. En el caso del estado, en las localidades en donde se cuenta con infraestructura de clínicas y hospitales, centros para personas con discapacidad y personas de la tercera edad, guarderías, centros de capacitación para el trabajo, apoyo a la alimentación, apoyo a la vivienda temporal, y hay escuelas preescolares y de educación inicial, las personas disminuyen la posibilidad de no salir del estado más precario y aumenta la posibilidad de salir en un 61.7% (Díaz A. O, 2022).
Nuevo León ha reportado 0.73 camas en instituciones públicas de salud por cada 1,000 habitantes (SINAIS, 2020), se presenta la misma a nivel nacional y contrasta fuertemente con las 4.4 para el promedio de países de la OCDE, México se encuentra en el último lugar (OCDE,2020).
En la atención de salud mental Nuevo León cuenta con una capacidad de aproximadamente 210 camas para internamiento, el 78% de las cuales pertenecen al sector público. La mayoría se concentran en la Zona Metropolitana de Monterrey (CONL-ITESM 2023). De todos los centros hospitalarios, existen únicamente siete unidades de atención hospitalaria integral.
La tecnología permite hacer diagnósticos certeros para el tratamiento de los y las pacientes. Los equipos de tomografía computarizados (TAC) y las unidades de resonancia magnética (MRI) son dos de los equipos considerados como esenciales (OCDE, 2019). En México se cuentan con 7 equipos de tomografía computarizada por cada 1,000,000 de habitantes, y 2.6 MRI por cada 1000000 de habitantes (OCDE, 2019). En la entidad, las unidades de estos equipos en instituciones públicas de salud han aumentado en el periodo de 2007 a 2018, durante el cual se han adquirido 133 TAC y 49 MRI (SISS, 2018). El equipo médico de alta tecnología disponible en las instituciones públicas en Nuevo León al 2018 son 8 aceleradores lineales, 45 mastógrafos, 5 equipos de resonancia magnética, 14 tomógrafos, 13 angiógrafos, 5 cámaras gamma y 12 unidades de radioterapia.
Calidad de los servicios de salud
Los servicios de salud de calidad deben ser seguros, apropiados, clínicamente efectivos y receptivos a las necesidades de las personas que recurren a ellos (OCDE, 2019). La pandemia nos llevó a reformular la atención de la salud, en este sentido, a nivel global, existen retos como el calentamiento global, que tendrán efecto en las dinámicas de las personas, la calidad de los servicios de salud necesita contar con capacidad de resiliencia.
El valorar los servicios de salud incorpora la percepción de las y los usuarios al atender una necesidad en salud, está anclada a la satisfacción de las y los pacientes, lo que incluye recibir respeto, compasión, apoyo, escucha y que se les involucre en la toma de decisiones (OCDE, 2019). Para mejorar la calidad de los servicios es imprescindible desarrollar las habilidades sociales del personal de salud y darles mejores condiciones laborales (Santillán, 2016).
La dinámica de la población muestra que la experiencia en consulta es distinta entre hombres y mujeres. Se aprecia en el tipo de consulta que se brinda, así como la demanda de servicios que cada uno solicita. De esta manera se reporta en la encuesta Así Vamos 2022 que las mujeres tienen más consultas programadas que los hombres, mientras que los hombres tienen más consultas no programadas y de urgencias21.
En el 75% de las ocasiones que se busca atención médica el tiempo de espera para obtener una cita es entre 3 y 4 semanas. El tiempo de espera para recibir atención en promedio es de 27 minutos.
A nivel nacional en el 2021 el 54.5%22 La población está satisfecha con los servicios de salud estatal, 7.3 puntos porcentuales de diferencia con respecto al 2019.
En la edición 2021, la satisfacción con los servicios de salud en el estado se concentró de la siguiente forma:
Satisfacción con el servicio IMSS 58.9%,
Satisfacción con ISSSTE 67.8%,
Satisfacción con seguro estatal: 68.9%
Además, el 79.8% de quienes usan el servicio de salud estatal o INSABI declaró haber tenido atención inmediata (ENCIG, 2021). En Nuevo León, el 85.9% de la población de 18 años y más que requirió esos mismos servicios experimentó un trato respetuoso. Esta proporción es en personas usuarias del ISSSTE y del IMSS, donde los registros fueron del 90% y 83.6%, respectivamente (ENCIG, 2021).
Nuevo León se encuentra casi a la par del promedio de países de la OCDE que reporta en este indicador 89.1%. Asimismo, el 81.8 % de esa misma población adulta manifestó recibir información oportuna y comprensible sobre su estado de salud. Esto se compara favorablemente con los registros del 86.1% y 78.5% de usuarias y usuarios del ISSSTE e IMSS.
Otra medida de calidad tiene que ver con la suficiencia de los medicamentos. El 54.4% de las personas atendidas en centros de salud y hospitales del Gobierno de Nuevo León o Seguro Popular reportan tener disposición de medicamentos, en comparación con el 46.6% registrado en el IMSS y el 62.7% del ISSSTE, todos por encima del 37.8% de la media nacional (ENCIG, 2021).
En el 2022 el porcentaje de personas que declara siempre poder surtir su receta completa ha disminuido de 45.4% en el 2019 mientras que en el 2022 ha disminuido a 28.1% (Así vamos, 2022).
El traslado de casa a la unidad de salud en la región fronteriza a la que pertenece Nuevo León fue en promedio 27.1 minutos, el menor tiempo registrado entre las regiones. El tiempo de espera en la unidad antes de ser atendido en consulta fue en promedio de 43.2 minutos y el tiempo de consulta fue de 24.3 minutos (ENSANUT, 2021).
Finalmente, cuando se pregunta a las personas qué tan satisfechas se encuentran con el servicio de salud en Nuevo León, la calificación asignada en promedio es de 8.0 (Así vamos, 2022).
*Gráfica en proceso de adaptación.
Analizando la situación de Nuevo León desde la región frontera con los datos disponibles, presenta mayor calidad de los servicios de salud en comparación con la media nacional que se traduce en mayor movilidad en salud, sin embargo, al compararlo con estándares internacionales, existen áreas de oportunidad a atender.
Salud materna y mortalidad infantil
El enfoque ante los problemas de salud de la mujer y personas con capacidad de gestar, se recomienda sea con perspectiva de género e interseccionalidad, haciendo énfasis en tener como marco conceptual los derechos sexuales y reproductivos.
Los principales problemas de salud de la mujer y personas gestantes durante esta etapa de vida son en gran medida prevenibles y frecuentemente reflejan inequidades en el acceso a los servicios de salud y educación sexual integral que pueden culminar en enfermedades (Vargas, 2023).
Para fortalecer el desarrollo de un entorno saludable, promover la prevención y el autocuidado se marca como inicio en la línea de vida el embarazo. De esta manera la atención de la salud materna y primera infancia son muy relevantes.
En Nuevo León, el 79% de las mujeres en 2016 recibieron atención en el primer trimestre del embarazo, porcentaje mayor a la media nacional de 74.17% (SISNL, 2018). La razón de mortalidad materna en el estado es de 42.84 defunciones por cada 100,000 nacimientos vivos. Este registro está por debajo de la tasa nacional de 53.89, pero es 5.25 veces mayor que el promedio de la OCDE, de solamente ocho (SISS,2018; OCDE, 2019).
El principal indicador a monitorear es la mortalidad materna, ya que al analizar las causas y condiciones en las que se presenta podemos obtener datos importantes de la situación en la que se está llevando a cabo la atención23 .
Por ejemplo, en el 2021 la principal causa de mortalidad materna en el 2021, en México y Nuevo León fue la COVID-19. Los primeros casos de muerte materna por COVID-19 en México se registraron en el 2020 y rápidamente desplazó otras causas de mortalidad manteniéndose así hasta el 2023.
La vacunación contra COVID-1924 y otras enfermedades prevenibles en el embarazo forma parte del control prenatal adecuado25, del cual en las áreas rurales o con marginación se tiene un bajo índice de asistencia, esto dificulta prevenir complicaciones en el embarazo y el parto (OMS, 2019).
Por otro lado, el embarazo que se presenta en los extremos de la vida reproductiva tiene implicaciones en la mortalidad. El embarazo adolescente es un problema de salud pública y también un componente que nos otorga información de igualdad de género (Andrijevic,2020).
Prevención del embarazo adolescente
En Nuevo León en el año 2021, se registraron 10066 nacimientos de mujeres y personas con capacidad de gestar de edad entre 15-19 el equivalente al 13.40% de los nacimientos de la entidad (DGIS, 2021).
El objetivo último de la salud sexual se encuentra el lograr el bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad, en concordancia con la salud sexual se presentan los derechos sexuales26 y reproductivos27 (OMS, 2018). Desde esta perspectiva, la prevención del embarazo adolescente está enmarcado en reforzar las intervenciones de la salud sexual y los derechos reproductivos de las y los adolescentes.
La falta de educación sexual integral, sumado a un inicio temprano de vida sexual activa, condiciona el ejercicio seguro de la actividad sexual, así mismo limita la posibilidad de acceder a de métodos anticonceptivos incrementando el riesgo de un embarazo no planeado, la propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y afectan negativamente la permanencia escolar, los ingresos presentes y futuros y, en consecuencia, el acceso a oportunidades de desarrollo (GEPEA, 2021).
Esto destaca la importancia del derecho a una educación sexual y reproductiva integral y de calidad (UNESCO, 2018). En el Informe de Actividades (2021) del Grupo para la Prevención de embarazo en adolescentes (GEPEA) menciona que:
Es importante tener claridad de lo constituye el de los derechos sexuales y reproductivos de niñas, niños y adolescentes, ya que de lo contrario se pueden generar intervenciones enfocadas en restringir el ejercicio de esos derechos, (...) esto no disminuye la práctica sexual de esa población sino que la lleva a actuar de manera más oculta y en consecuencia incrementa los riesgos de embarazos en edad temprana lo mismo que otros riesgos, entre ellos la vulnerabilidad frente a enfermedades de transmisión sexual.
A nivel nacional 73% de la población entre 10 y 19 años reportó haber escuchado hablar de algún método anticonceptivo. En Nuevo León, más del 75% de las y los adolescentes han escuchado de algún método anticonceptivo y el 76% de las personas jóvenes sexualmente activas lo usan (Ensanut, 2021).
El 19.5% de los adolescentes de 12 a 19 años han iniciado vida sexual. El 19.3% reportó no haber usado algún método anticonceptivo en su primera relación sexual; cifra similar para la última relación sexual. El 36% de las mujeres adolescentes de 12 a 19 años, reportó haber estado alguna vez embarazada (Ensanut, 2021).
No todos los embarazos en menores de edad ocurren por error, violencia o falta de acceso a la anticoncepción. En el estudio observacional descriptivo sobre determinantes sociales de la salud en adolescentes embarazadas del Hospital Regional Materno Infantil de Nuevo León (Jiménez, 2019) se encontró que el 51% de las 300 adolescentes embarazadas buscaban un embarazo que el 39% fue planeado. De este grupo de entrevistadas, la autora menciona la mitad de ellas ya había abandonado la escuela antes de embarazarse y más de la mitad de las participantes en el estudio desean regresar a la escuela, por lo que, ante las situaciones presentadas, existen áreas de oportunidad a reforzar28.
Mortalidad Infantil
La tasa de mortalidad infantil al 2020 es de 9.11 por cada 100,000 nacidos vivos, una cifra menor a la nacional de 12.30 por cada 100.000 nacidos. Las principales causas en las niñas y niños menores de cinco años son la asfixia y trauma al nacimiento, las malformaciones congénitas, la desnutrición, el bajo peso al nacimiento, la prematurez y las infecciones respiratorias agudas (SISS,2020).
En Nuevo León hubo 10.93 defunciones por cada 1,000 nacimientos vivos en 2018. Éste es un registro inferior a la media nacional de 12.92 y representa una mejora en comparación con la cifra de 12.47 reportada en 2008 (SISNL, 2018). Existen más defunciones de hombres (10) que de mujeres (8.4) por cada 1,000 nacimientos (CONAPO, 2020), lo cual se ubica por debajo de la tasa nacional, pero es más del doble que registra el promedio de países de la OCDE (3.5) (OCDE, 2019).
Al atender la mortalidad infantil, las primeras causas se preservan indirectamente con la prevención durante el embarazo, por ello es importante reforzar las estrategias de atención prenatal y el seguimiento durante el puerperio inmediato y tardío, así como el control del niño sano.
De las herramientas que son útiles para poder prevenir y diagnosticar enfermedades congénitas en el recién nacido son el Tamiz Neonatal Metabólico29 (García y Flores 2019), Tamiz Neonatal Cardiaco30 (para el Tamiz Neonatal, C. M., 2022) y la vacunación inicial. El tamiz neonatal permite detectar en recién nacidos y nacidas enfermedades antes de que se manifiesten una de las enfermedades más importantes a detectar es el Hipotiroidismo Congénito, para esta enfermedad, la proporción de niños y niñas tamizados en Nuevo León al 2018 es de 53.94% en 2018 se mantiene debajo de la media nacional de 83.36% (SS, 2020). En cuanto a la vacunación inicial, de acuerdo con el programa Vacunación Universal, en los niños y niñas de 12 a 35 meses se encontraron esquemas de vacunación completos entre 56.7 y 86.6%, para las distintas vacunas31.
Sobrepeso, obesidad, hipertensión, alcoholismo y tabaquismo
El bajo impacto de la promoción de salud y la ausencia de autocuidado se combinan con la falta de actividad física y los hábitos no saludables, al igual que con mala alimentación y nutrición. Esto ha provocado un incremento en la obesidad y el sobrepeso, dos problemas metabólicos de salud prioritarios (OMS, 2003; 2009; 2019).
El sobrepeso y la obesidad tienen consecuencias negativas en la reducción de la calidad y esperanza de vida. Además, junto con factores hereditarios, son las principales causas de padecimientos crónicos no transmisibles, como diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y algunos tipos de cáncer (OCDE, 2019).
En Nuevo León, el 75.1% de las personas adultas tienen sobrepeso u obesidad, una proporción mayor que la nacional (72.5%) y que el promedio de los países de la OCDE (58.2%). El porcentaje de la población de 20 años y más con sobrepeso u obesidad aumentó 10.7 puntos porcentuales desde 2012, particularmente se presentó un incremento en la obesidad, que pasó del 33.6% en 2012 al 41.44% en 2021 (Ensanut, 2021).
Asimismo, en la entidad, el 50% de los niños y niñas entre cinco y 11 años tienen sobrepeso u obesidad, en contraste con el 36.8% a nivel nacional. El porcentaje de la población de 20 años y más con sobrepeso u obesidad aumentó 10.7 puntos porcentuales entre 2012 y 2018, principalmente atribuibles a un incremento en la obesidad, que pasó del 33.6% en 2012 al 41.5% en 2018 (Ensanut, 2018).
Las niñas y niños de este rango de edad con obesidad tienen un riesgo mayor de desarrollar hipertensión y desórdenes metabólicos (OCDE, 2019). Además, pueden presentar desórdenes alimenticios y problemas de salud mental relacionados con dismorfia corporal (UNICEF, 2014).
Otros factores de riesgo para la salud relacionados con el estilo de vida son el alcoholismo y el tabaquismo. En Nuevo León, el 26% de la población de 20 años o más consume alcohol regularmente, un registro superior a la media nacional del 12.55%. Aunque esta proporción aumentó tres puntos porcentuales entre 2012 y 2018, el estado al 2021 es el mayor consumidor (Ensanut, 2021).
La población estatal de adolescentes que consume alcohol de manera regular (5.4%) también es superior a la media nacional (3.3%) y se ha duplicado entre 2012 y 2018 (Ensanut, 2021).
El abuso en el consumo de alcohol y su dependencia pueden provocar algunas enfermedades no transmisibles, como la cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer, padecimientos cardiovasculares e incluso trastornos mentales y de comportamiento (OMS, 2018).
Aunque la proporción de personas adultas que consumen tabaco regularmente es similar a la de alcohol (25.88 %), ésta tiene una tendencia opuesta, pues disminuyó cuatro puntos porcentuales entre 2012 y 2021 (gráfica 4). Sin embargo, sigue siendo mayor que el 15% que registra la media nacional y el 7.6% del promedio de países de la OCDE (Ensanut, 2018).
En el caso de adolescentes que fuman tabaco con regularidad, el porcentaje se ha mantenido estable entre 2012 y 2021 en alrededor de 4.34%, en contraste con la media nacional que pasó del 9.2% al 3.61% en el mismo periodo (Ensanut, 2021).
El tabaquismo es un factor de riesgo de sufrir enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cerebrovasculares, además de neoplasias, por mencionar algunos padecimientos (OPS-OMS, 2016; Fernández y Figueroa, 2018). A largo plazo, la desatención de estos problemas genera una mayor demanda de los servicios de salud, lo que dificulta la capacidad de dar atención a toda la población y eleva los costos del sistema de salud pública.
Un diagnóstico oportuno es aquel que sucede sin retrasos que arriesguen la salud de las personas (OPS, 2007). Es importante que los esfuerzos de detección, diagnóstico y tratamiento oportuno estén enfocados en aquellas condiciones que son causa principal de mortalidad y que son prevenibles tanto para población embarazada, recién nacida y adulta.
Adicionalmente, la OCDE estima que una de cada dos personas padece un problema de salud mental en su vida y que la ausencia de tratamiento y apoyo efectivo puede llevar al deterioro en su vida familiar, educativa, laboral y social (OCDE, 2015).
Causas de Mortalidad en Nuevo León
En Nuevo León las cinco principales causas de defunción son las siguientes:
Rango | Total | Hombres | Mujeres |
1 | Enfermedades del corazón | Enfermedades del corazón | Enfermedades del corazón |
2 | Tumores Malignos | Tumores Malignos | Tumores Malignos |
3 | Diabetes Mellitus | Diabetes Mellitus | Diabetes Mellitus |
4 | COVID-19 | COVID-19 | COVID-19 |
5 | Influenza y Neumonía | Influenza y Neumonía | Enfermedad cerebrovascular |
Las muertes a nivel nacional y estatal concuerdan en las mujeres, mientras que a nivel nacional la 5ta causa de muerte son enfermedades del hígado, por lo que se debe de hacer énfasis en el aumento del consumo de alcohol, como uno de los detonantes de esta causa de muerte.
El porcentaje de defunciones por enfermedades cardiovasculares en Nuevo León es mayor que el reportado a nivel nacional (139.22), la tasa de mortalidad ha ido en aumento de 69.6 defunciones por cada 100 000 habitantes en el año 2000 a 143.58 en 2020 (SISS, 2023). Las muertes por enfermedad vascular, incluyendo el infarto agudo al miocardio y los accidentes cerebrovasculares, están correlacionados con la prevalencia de diabetes mellitus como su causa principal (American Heart Association, 2023).
México es líder en la prevalencia de diabetes mellitus entre los países de la OCDE (2019) y en Nuevo León el 13.89 de la población presenta esta condición (Ensanut, 2018). La tasa de mortalidad nacional es de 124 la nacional y aunque el estado se encuentra por debajo de la tasa nacional, ha mostrado un incremento del de 60.26 en el 2019 a 81.39 defunciones por cada 100,000 habitantes en el 2020.
Aunque se resalta la importancia del enfoque preventivo de las enfermedades crónicas, en específico en la diabetes mellitus se recomienda diferenciar las necesidades por género ya que existen barreras para cada grupo poblacional que impiden un adecuado manejo. Por ejemplo, se observó que las mujeres adultas mayores tienen poco apego al tratamiento ya que necesitan de mayor acompañamiento, así como el involucramiento de los diferentes profesionales de la salud, la activación física y las mejoras en la calidad de alimentación no son consistentes, ya que dependen de las intervenciones de las y los cuidadores a su cargo. Las actividades para evitar padecimientos crónico degenerativos como la diabetes mellitus, hipertensión y enfermedades cardiacas deben tener un enfoque multidisciplinario, acompañado de investigaciones que complementen los elementos y características sociales de las enfermedades.
Dentro de los padecimientos malignos relacionados con el cáncer, se considera reto tanto por los altos niveles de mortalidad como por la alta carga financiera que genera (OCDE, 2019). Los dos tipos de cáncer más prevalentes en las mujeres son el cervicouterino y el de mama. El cáncer cervicouterino, cuya causa está relacionada con la exposición al virus del papiloma humano o VPH, considerado como la infección de transmisión sexual más común en este tipo de cáncer teniendo una prevalencia a nivel nacional mujeres con citología normal entre el 9.1% al 40.9%. A pesar de ser el único cáncer prevenible al 100%, el cervicouterino es la primera causa de muerte por tumores malignos en las mujeres de 25 a 64 años de edad.
Se debe reforzar la educación y prevención de la salud sexual para establecer acciones corresponsables, ya que las manifestaciones más severas de la enfermedad se presentan en las mujeres, pero no están exentos los hombres, la educación sexual integral y la vacunación son acciones preventivas, en segunda instancia, favorecer la detección temprana con interseccionalidad. El estudio del cáncer cervicouterino, debe de ser desde la perspectiva de derechos humanos y con perspectiva de género (González-Vázquez, T. S., & Durán-Arenas, L. G., 2022).
En 2019, Nuevo León es uno de los 10 estados con mayor tasa de mortalidad por cáncer de mama. Ésta ha aumentado de 22 defunciones por cada 100,000 habitantes en 2000, a 24.2 en 2019, por encima de la tasa nacional de 19. Existe una vinculación directa entre los factores de riesgo modificables del cáncer de mama con la obesidad. De acuerdo con la OCDE, las mujeres con diagnóstico temprano de cáncer de mama tienen 90% más probabilidades de sobrevivir en los cinco años subsecuentes al tratamiento.
Adicionalmente a las cinco principales causas de defunción, las personas adultas mayores requieren de cuidados especiales para prevenir la ceguera por cataratas y los daños de cadera y rodilla, ambos padecimientos frecuentes que afectan su autonomía.
A partir del diagnóstico presentado, los tres principales retos de Nuevo León en materia de salud son:
Históricamente, el sistema de salud ha estado enfocado en atender las enfermedades y sus consecuencias. Tanto la prevención como la promoción de la salud han sucedido de forma insuficiente, pues el sistema no se encuentra idealmente diseñado para esto, así mismo se recalca incorporar la perspectiva de género en la planeación e implementación de estrategias de salud.
Derivado de la fragmentación del sistema, las acciones de las instituciones prestadoras de servicios de salud, tanto públicas como privadas, continúan desarticuladas y dispersas, existe un déficit de inversión en salud y en consecuencia falta de recursos humanos e infraestructura. Lo anterior limita el máximo aprovechamiento de los recursos disponibles, lo cual acota la libertad de elección de las personas y merma el desempeño general del sistema.
El enfoque asistencial y la fragmentación del sistema ante la crisis sanitaria del COVID-19 mostró la necesidad de contar con organizaciones e instituciones capaces de responder en momentos de crisis. De esta manera, la cooperación interinstitucional mostrada en la atención de la COVID-19 en Nuevo León es recalcable. Específicamente se menciona la oportunidad de planeación ante futuras crisis en salud en el contexto global, como los efectos del cambio climático y la gestión estratégica de riesgos.
Los problemas públicos existentes y las necesidades crecientes de la población mostrados en el diagnóstico, refuerzan la aspiración al 2040 parte de consolidar el acceso efectivo a servicios de salud.
Nuevo León contará con un sistema de salud con capacidad de adaptación ante las crisis, universal, integral, de calidad, centrado en las personas en el estado, articulado y con interoperabilidad de las instituciones, que se construye con el involucramiento de las y los usuarios a lo largo del curso de su vida y es resiliente ante el cambio climático.
De forma transversal el eje de salud requiere de la participación conjunta de para lograr que la población en Nuevo León y sus instituciones cuenten con capacidad de desarrollo resiliente ante el cambio climático y trayectorias socioeconómicas compartidas, en el contexto global, con el reconocimiento de las necesidades de los diferentes grupos prioritarios diferenciados por la interseccionalidad.
El quinto informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC-AR5)33 brinda evidencia que vincula el desarrollo económico y los efectos del cambio climático34 a la salud. La planeación a largo plazo de la salud debe contemplar la forma en la que se habita en el antropoceno35, es decir, los impactos que tienen las interacciones de las personas con el medio ambiente en la salud.
Se recomienda analizar y atender los problemas de salud de manera sistémica, bajo una lente interseccional, con perspectiva de género y teniendo como marco conceptual los objetivos del desarrollo sostenible (ODS) y las vías de desarrollo resiliente (CRT)36.
1. Desarrollar herramientas para impulsar conductas de prevención y autocuidado en ambientes con capacidad de adaptación al cambio climático para vivir una vida saludable.
Este objetivo estratégico se relaciona directamente con la aspiración. Para promover su cumplimiento este objetivo cuenta con 3 líneas estratégicas:
1.1 Promover la responsabilidad de las comunidades y personas hacia estilos de vida saludables que incluyan la actividad física y el autocuidado.
1.2 Consolidar la promoción de la salud y prevención de la enfermedad en ambientes públicos y privados teniendo en cuenta los efectos del cambio climático.
1.3 Consolidar la prevención y atención de la salud mental en Nuevo León a través de un sistema de salud mental articulado, con interoperabilidad centrado en las personas.
En Nuevo León, se han logrado avances importantes en materia de salud mental en los últimos años. Destacan la creación de la Ley de Salud Mental, la integración del Consejo Estatal de Salud Mental, así como el aumento de cobertura en la atención con más infraestructura y recursos humanos, a pesar de esto, la demanda de atención en salud mental acentuada por la pandemia es insuficiente a la oferta (CONL-ITESM, 2023).
El estado del sistema de salud mental de la entidad presenta áreas de oportunidad que requieren soluciones eficientes, accesibles, integrales y que pongan en el centro los derechos humanos. Los temas prioritarios son el desarrollar presupuestos, planes, programas y reglamentos que estén armonizados con las buenas prácticas internacionales. La política pública en salud mental sigue priorizando la atención con enfoque hospitalario asistencialista, sin poder consolidar de manera efectiva la promoción de bienestar mental y la prevención de factores de riesgo, así mismo necesita de la participación de las y los usuarios, las distintas instituciones que lo conforman.
2. Consolidar el acceso a servicios de salud oportunos, equitativos y de calidad a las personas
Las causas mencionadas por las y los usuarios remiten a analizar la calidad y eficiencia de los servicios para el planteamiento de mejoras. La cooperación de todas las instituciones de salud en Nuevo León es necesaria a mediano y largo plazo 37, así como espacios seguros para la escucha de las personas usuarias. Ante los indicadores nacionales y de la OCDE, existe un déficit de personal de salud en el estado, un área de oportunidad a atender es la vinculación entre la oferta de empleos y la demanda en el sector salud y el área de cuidados especializados38.
Analizando la situación de Nuevo León desde la región frontera con los datos disponibles, presenta mayor calidad de los servicios de salud en comparación con la media nacional que se traduce en mayor movilidad en salud, sin embargo, al compararlo con estándares internacionales, existen áreas de oportunidad a atender. Una de las acciones a corto plazo debe de enfocarse en mejorar la calidad de información disponible para elaborar programas y políticas públicas basadas en evidencia, existe un rezago de información importante (Saturno, 2019).
Para alcanzar este objetivo se establecieron 4 líneas estratégicas:
2.1 Contar con un expediente único digital, insumos, infraestructura, recursos humanos y servicios accesibles para todas las personas.
2.2 Fomentar la calidad y seguridad de las, les y los usuarios en los servicios de salud priorizada por necesidades diferenciadas de género e interseccionalidad.
2.3 Promover la atención plena en salud materna y el desarrollo integral de la primera infancia.
2.4 Facilitar la detección, diagnóstico y tratamiento oportunos, con perspectiva de género, en los problemas de salud prioritarios.